¿existe la objetividad pura en la análisis histórico? ¿por qué?
Respuestas a la pregunta
el problema propuesto es, en primer lugar un problema de metodOlogía
que permite replantear básicamente cuestiones propiamente pedagógicas referidas a la coordinación de las enseñanzas; pero detrás de este problema se
pueden descubrir y retomar los "intereses" más importantes puestos en juego
por el conocimiento histórico. Tomo de Kant esta palabra interés: en el momento de resolver las antinomias de la razón -entre las cuales las de la
causalidad necesaria y de la causalidad libre- Kant se detiene para pesar
los intereses puestos en la balanza por una u otra posición; se trata de intereses específicamente intelectuales o como dice Kant "intereses de la razón
en este conflicto con ella misma".
Debemos proceder de la misma manera con la alternativa aparente que
nos es propuesta; los intereses diversos son designados mediante estas dos
palabras: Objetividad, subjetividad como espectativas de cualidad y dirección
diferentes.
Esperamos de la historia una cierta Objetividad, la objetiVidad que le es
conveniente.': es allí que debemos partir y no del otro término. Según esto,
¿qué esperamos bajo este título? La ObjetiVidad debe ser tomada aquí en su
:sentido epistemológico estricto: es objetiVO lo que el pensamiento metódico
ha elaborado, ordenado, comprendido y aquello que puede hacer comprender.
Esto es verdadero para las ciencias físicas, para las ciencias biológicas, también es verdadero para la historia. Por lo tanto esperamos de la historia que
eléve el pasado de las sociedades humanas a esta dignidad de la objetividad.
Esto no quiere decir que esta objetividad sea la de la fIsica o la de la biología: hay tantos niveles de objetiVidad como comportamientos metódicos.
Esperamos, por lo tanto, que la historia agregue una nueva provincia a.l
imperio múltiple de la objetiVidad.
Esta expectativa, implica otra: esperamos de la historia cierta cualidad
de subjetividad; no una subjetividad cualquiera, sino la que sea precisamente apropiada a la Objetividad que conviene a la historia. Se trata, por lo
tanto, de una subjetiVidad implicada, implicada por la objetiVidad que se
espera. Presentimos, entonces, que hay una buena y una mala SUbjetiVidad, y
esperamos un discernimiento entre ambas por el ejerCicio mismo del oficio
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