eventos ocurridos en sonora durante la conquista y la colonizacion
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La historia de Sonora, pletórica de pasajes estrujantes de valor y de arrojo, de tesón y de espíritu de lucha, tiene como autores principalísimos a los propios sonorenses.
Durante el Virreinato, su territorio sirvió de asiento a los presidios fortificaciones de defensa contra los ataques de los indios que frecuentemente hostigaban a los colonizadores por considerar que invadían su tierra- y a las misiones - templos de fe religiosa a la vez que de proyección civilizadora.
La tierra agreste y las adversidades ambientales, no fueron simples obstáculos que los sonorenses eludieran, sino por el contrario, reto de realización para el encuentro de su identidad como pueblo, con arrestos para afrontar crisis, superarlas con honor y con trabajo.
El pico y la pala como instrumentos, permitieron desentrañar el subsuelo y desarrollar en Alamos el primer emporio minero del noroeste, que es hoy un relicario arquitectónico de la Colonia. Con el arado y la bestia de tiro se desgajaron los médanos ardientes que generosamente cobijaron las prolíficas semillas productoras de granos para los pobladores.
Así empezó la gran marcha de Sonora - avanzada norteña de México- por la historia, nutrida con innumerables hechos, a través de los cuales sus pobladores, han moldeado la substancia y la imagen de lo que es "hoy nuestra entidad".
La falta de suficientes investigaciones históricas, impiden ver con claridad entre la bruma del siglo XVI en Sonora. Para unos, el primer poblado español fue establecido por Alvaro Nuñez Cabeza de Vaca en 1530, cerca de Huépac. Para otros, Francisco Vázquez de Coronado, a su paso por la infructuosa búsqueda de las 7 ciudades de Oro, fundó en 1540 una villa en las márgenes del río Yaqui.
A principios del Siglo XVII, en 1605, el Padre Andrés Pérez de Rivas, visitó la ranchería de Bacorehui, cerca de Huatabampo, habitada por indios cahitas, fincándose el primer intento de evangelización en Sonora, mismo que alcanzaría el pináculo del asombro un atardecer magenta del 13 de marzo de 1687, cuando el misionero inmortal Eusebio Francisco Kino, al entrar a caballo en Cucurpe, "ingresó a las puertas de la Historia", como afirma Charles Polzer.
Y en verdad, añadiríamos nosotros, es una historia extraordinariamente fecunda, que principió con la Misión de Nuestra Señora de los Dolores, centro de sus trabajos y desvelos y posteriormente organizó los pueblos de Los Remedios, Imuris, Magdalena, Cocóspera, San Ignacio, Tubutama, Caborca y muchas más. Fue el primero en llegar al río Gila y el primero en descubrir que la Baja California era una península y no una isla. Estoico y benefactor, encauzó a los indígenas en sus labores agropecuarias, en la construcción de viviendas y en el mejoramiento de cultivos. Sonora, Arizona y las Californias, lloraron juntas el día de su muerte, ocurrida el 15 de marzo de 1711.
Por real cédula de 14 de marzo de 1732, se creó el Gobierno de Sonora y Sinaloa y posteriormente, en 1788, año en que el Virrey dividió la Nueva España en 12 intendencias, ambas entidades hermanas se fundieron en una sola. Fue el siglo del eminente explorador y Gobernador militar de Sonora y Nuevo México, Don Juan Bautista de Anza, ilustre sonorense nacido en Fronteras el año de 1735, fundador del hoy puerto de San Francisco, el 27de septiembre de 1775, y creador de la ruta de Santa Fe de Nuevo México a Arizpe en nuestro Estado. Su vida, para los sonorenses de hoy, es una permanente lección de cómo puede vencerse la adversidad.
El 16 de septiembre de 1810, alborada del México independiente, una campana llamó en Dolores a todos los que sentían el ansia de destruir las cadenas del coloniaje y de organizar una vida nueva basada en la libertad y la justicia. Esa campana suena en nosotros cada vez que la duda nos atormenta. Y hoy todavía, el eco de su latido de bronce nos reconforta y nos alienta a perseverar.
Concluida la gesta libertaria, el decreto del 19 de julio de 1823, separó a las provincias de Sonora y Sinaloa. El año siguiente, el 31 de enero de 1824, volvieron a unirse para integrar el Estado de Occidente, hasta el 14 de marzo de 1831 fecha en que quedaron separadas en forma definitiva, instalándose en Hermosillo los Poderes Locales de Sonora y desempeñando el cargo de Primer Gobernador Don Manuel Escalante. Pocos meses después, la capital fue trasladada a Arizpe, declarada recientemente "Ciudad Prócer" por el Gobernador Alejandro Carrillo Marcor.
En el año de 1836, la ruta de la República sufre su primera y dolorosa desviación, al expedirse la constitución centralista; como consecuencia, Sonora desaparece como Estado Federal y tiene lugar una sangrienta guerra civil entre los Generales Gándara y Urrea, que habría de ser el eslabón inicial de una larga cadena de convulsiones internas; a fines de 1838 la capital pasó a Ures, para establecerse definitivamente en Hermosillo, el 26 de abril de 1879.