Castellano, pregunta formulada por isabellsophiamoreira, hace 16 horas

Estructura del poema canto de guerra de las cosas

Respuestas a la pregunta

Contestado por martinezacevedokeill
1

Respuesta:

Cuando lleguéis a viejos, respetaréis la piedra,

si es que llegáis a viejos,

si es que entonces quedó alguna piedra.

Vuestros hijos amarán al viejo cobre,

al hierro fiel.

Recibiréis a los antiguos metales en el seno de vuestras

familias,

trataréis al noble plomo con la decencia que corresponde a su

carácter dulce;

os reconciliaréis con el zinc dándole un suave nombre;

con el bronce considerándolo como hermano del oro,

porque el oro no fue a la guerra por vosotros,

el oro se quedó, por vosotros, haciendo el papel de niño

mimado,

vestido de terciopelo, arropado, protegido por el resentido

acero...

Cuando lleguéis a viejos, respetaréis al oro,

si es que llegáis a viejos,

si es que entonces quedó algún oro.

El agua es la única eternidad de la sangre.

Su fuerza, hecha sangre. Su inquietud, hecha sangre.

Su violento anhelo de viento y cielo,

hecho sangre.

Mañana dirán que la sangre se hizo polvo,

mañana estará seca la sangre.

Ni sudor, ni lágrimas, ni orina

podrán llenar el hueco del corazón vacío.

Mañana envidiarán la bomba hidráulica de un inodoro

palpitante,

la constancia viva de un grifo,

el grueso líquido.

El río se encargará de los riñones destrozados

y en medio del desierto los huesos en cruz pedirán en vano

que regrese el agua a los cuerpos de los hombres.

Dadme un motor más fuerte que un corazón de hombre.

Dadme un cerebro de máquina que pueda ser agujereado sin

dolor.

Dadme por fuera un cuerpo de metal y por dentro otro

cuerpo de metal

igual al del soldado de plomo que no muere,

que no te pide, Señor, la gracia de no ser humillado por

tus obras,

como el soldado de carne blanducha, nuestro débil orgullo,

que por tu día ofrecerá la luz de sus ojos,

que por tu metal admitirá una bala en su pecho,

que por tu agua devolverá su sangre.

Y que quiere ser como un cuchillo, al que no puede herir

otro cuchillo.

Esta cal de mi sangre incorporada a mi vida

será la cal de mi tumba incorporada a mi muerte,

porque aquí está el futuro envuelto en papel de estaño,

aquí está la ración humana en forma de pequeños ataúdes,

y la ametralladora sigue ardiendo de deseos

y a través de los siglos sigue fiel el amor del cuchillo a la

carne.

Y luego, decid si no ha sido abundante la cosecha de balas,

si los campos no están sembrados de bayonetas,

si no han reventado a su tiempo las granadas...

Decid si hay algún pozo, un hueco, un escondrijo

que no sea un fecundo nido de bombas robustas;

decid si este diluvio de fuego líquido

no es más hermoso y más terrible que el de Noé,

¡sin que haya un arca de acero que resista

ni un avión que regrese con la rama de olivo!

Vosotros, dominadores del cristal, he ahí vuestros vidrios

fundidos.

Vuestras casas de porcelana, vuestros trenes de mica,

vuestras lágrimas envueltas en celofán, vuestros corazones

de bakelita,

vuestros risibles y hediondos pies de hule,

todo se funde y corre al llamado de guerra de las cosas,

como se funde y se escapa con rencor el acero que ha

sostenido una estatua.

Los marineros están un poco excitados. Algo les turba

su viaje.

Se asoman a la borda y escudriñan el agua,

se asoman a la torre y escudriñan el aire.

Pero no hay nada.

No hay peces, ni olas, ni estrellas, ni pájaros.

Señor capitán, ¿a dónde vamos?

Lo sabremos más tarde.

Cuando hayamos llegado.

Los marineros quieren lanzar el ancla,

los marineros quieren saber qué pasa.

Pero no es nada. Están un poco excitados.

El agua del mar tiene un sabor más amargo,

el viento del mar es demasiado pesado.

Y no camina el barco. Se quedó quieto en medio del viaje.

Los marineros se preguntan ¿qué pasa? con las manos,

han perdido el habla.

No ha pasado nada. Están un poco excitados.

Nunca volverá a pasar nada. Nunca lanzarán el ancla.

No había que buscarla en las cartas del naipe ni en los juegos

de la cábala.

En todas las cartas estaba, hasta en las de amor y en las

de navegar.

Todas los signos llevaban su signo.

Izaba su bandera sin color, fantasmas de bandera para ser

pintada con colores de sangre de fantasma,

bandera que cuando flotaba al viento parecía que flotaba el

viento.

Otras preguntas