Estrategias de ventas de un supermercado
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Jugar con los sentidos. El silencio es inaceptable en un supermercado, por eso siempre suena música. “Y aunque pensemos que esté escogida al azar, no es así”, explica Metafase, ya que según un estudio de Charles Areni y David Kim publicado en 1993, “la música más pausada nos incita a tomarnos a ir más despacio y con calma en el proceso de compra, mientras que si la música es más acelerada nosotros también compraremos más rápido”.
Los colores también juegan un papel importante para “engañar” a los ojos. Así, en la carnicería se utiliza un color rosado para que la carne parezca más roja, mientras que en la pescadería se utiliza un color más blanco y azulado para que resalten las escamas y la frescura del pescado.
Los productos básicos, al final de la tienda. Generalmente todos los productos de primera necesidad, y que son básicos en la compra, están colocados al final de la tienda para que los consumidores recorran más pasillos y vean los denominados “productos irracionales”, que son los que no tenía pensado comprar pero que acaban en la cesta.
Disposición de las estanterías. Está demostrado que el consumidor compra aquello que le queda a la altura de los ojos o justo por debajo. Por eso, los productos más caros se sitúan ahí, mientras que para encontrar los más baratos tiene que agacharse. Las chocolatinas y chucherías en general suelen estar a una altura accesible para que los más pequeños puedan cogerlas sin problema.
Caprichos en la caja. Los chicles, chocolatinas y chucherías suelen estar justo al lado de las cajas de pago. Al estar haciendo cola y disponer de poco tiempo, “solemos coger estos productos por impulso, como si de un capricho se tratara”, señala Metafase.