Esther era la abuela que todo niño desearía tener. Tenía el pelo blanco recogido en un gran moño y una cara de ángel que reflejaba su carácter bondadoso. Sus nietos pequeños disfrutaban de cada visita que ella hacía en las fiestas navideñas, porque la casa se llenaba de aromas y platos deliciosos.
Y es que Esther era muy buena cocinera, ¡la mejor! Había aprendido de su abuela y no había platillo que se le resistiera. Disfrutaba haciendo pasteles y tortas para sus nietecitos, que la miraban con fascinación mientras ella cocinaba y les explicaba sus recetas.
Esther era la abuela que todo niño desearía tener. Tenía el pelo blanco recogido en un gran moño y una cara de ángel que reflejaba su carácter bondadoso. Sus nietos pequeños disfrutaban de cada visita que ella hacía en las fiestas navideñas, porque la casa se llenaba de aromas y platos deliciosos.
Y es que Esther era muy buena cocinera, ¡la mejor! Había aprendido de su abuela y no había platillo que se le resistiera. Disfrutaba haciendo pasteles y tortas para sus nietecitos, que la miraban con fascinación mientras ella cocinaba y les explicaba sus recetas.
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Respuesta: No se entiende si pudieras explicarlo mejor lo agradecería mucho
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