Este es el primer libro que leí de Lem, y sigue siendo uno de mis libros preferidos de ciencia-ficción.
Incluso en esta relectura, veinte años después de aquella primera, sigue manteniendo la frescura y el fino humor que ya me dejó sorprendido aquella vez. Suele ocurrir que las lecturas juveniles pervierten en cierto modo la obra, el lector, con una formación aún endeble y unas vivencias escasas, se deja impresionar por relatos que años más tarde le resultan torpes, ingenuos y bastante poco afortunados. Con Lem esto no ocurre, estas auténticas fábulas de robots siguen siendo un compendio de acidez, ironía, y sencillamente buena literatura.
El título del libro y la colección en la que se publicó por primera vez pudieran resultar engañosos. Esta era la colección juvenil de Bruguera, con una buena selección de libros que sin llegar a grandes profundidades y sin tratar temas escabrosos daban una oportunidad de acercarse a la literatura sin grandes sobresaltos, LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO, de Allan Sillitoe, o la más cercana al género LA GUERRA DE LAS SALAMANDRAS, del mismísimo Karel Capek (el inventor del término robot) son una buen ejemplo de la calidad de la selección.
Pues bien, FABULAS DE ROBOTS, aún encuadrada en esta colección, trascendía a ella y a sus objetivos. Como digo, son auténticas fábulas, con princesas, ladrones, reyes malvados, ejércitos incontables, sabios muy sabios, monstruos horrendos y robots, robots muchos robots, y como tales fábulas, tras un desarrollo más o menos ligero y comprensible, ofrecen un fin moral y didáctico.
En estas fábulas, el universo está poblado de millones de seres eléctricos a los que Lem transpone todas las virtudes y bajezas humanas, pero como buenos personajes de fábula, su esencia es distinta a la humana, quizá más pura e ingenua, al cabo los precisos cálculos de las maquinarias que pueblan los relatos no pueden errar ni desviarse de sus programaciones, aunque no por ello la locura y la ambición les son ajenas.
La lástima es que este volumen esté descatalogado desde hace ya mucho tiempo, y resulte casi imposible encontrarlo en saldos o librerías de viejo, tampoco tengo noticia de que se haya vuelto a reeditar, y es una lástima porque quizá sea este el Lem más asequible para el principiante. No es un secreto que Lem no es precisamente un autor fácil, y aunque puede ir desde el humor más ácido hasta el más oscuro de los discursos reflexivos, es sin duda preferible empezar con una obra como esta, divertida y sorprendente, que por otras que merecen un acercamiento más reposado
Me podrian hacer un resumen de todo esto xfa es para mañana al que responda bien le doy 50 puntos y le pongo corona
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Con Lem esto no ocurre, estas auténticas fábulas de robots siguen siendo un compendio de acidez, ironía, y sencillamente buena literatura. Pues bien, FABULAS DE ROBOTS, aún encuadrada en esta colección, trascendía a ella y a sus objetivos. Como digo, son auténticas fábulas, con princesas, ladrones, reyes malvados, ejércitos incontables, sabios muy sabios, monstruos horrendos y robots, robots muchos robots, y como tales fábulas, tras un desarrollo más o menos ligero y comprensible, ofrecen un fin moral y didáctico. En estas fábulas, el universo está poblado de millones de seres eléctricos a los que Lem transpone todas las virtudes y bajezas humanas, pero como buenos personajes de fábula, su esencia es distinta a la humana, quizá más pura e ingenua, al cabo los precisos cálculos de las maquinarias que pueblan los relatos no pueden errar ni desviarse de sus programaciones, aunque no por ello la locura y la ambición les son ajenas.
Respuesta:
Este es el primer libro que leí de Lem, y sigue siendo uno de mis libros preferidos de ciencia-ficción. Incluso en esta relectura, veinte años después, sigue manteniendo la frescura y el fino humor que me dejó sorprendido aquella vez. A veces pasa que las lecturas juveniles pervierten la obra, el lector, con una formación aún endeble y vivencias escasas, se deja impresionar por relatos que después le resultan torpes, ingenuos y poco afortunados. Con Lem esto no ocurre, sus autenticas fábulas de robots siguen siendo un compendio de acidez, ironía, y buena literatura.
El título del libro y la colección en la que se publicó por primera vez pudieran resultar engañosos. Era la colección juvenil de Bruguera, con una buena selección de libros que sin llegar a grandes profundidades y sin tratar temas escabrosos daban una oportunidad de acercarse a la literatura sin grandes sobresaltos, LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO, de Allan Sillitoe, o la más cercana al género LA GUERRA DE LAS SALAMANDRAS, del mismísimo Karel Capek (el inventor del término robot) son una buen ejemplo de la calidad de la selección.
FABULAS DE ROBOTS, aún encuadrada en esta colección, trascendía a ella y a sus objetivos. Estas son auténticas fábulas con: princesas, ladrones, reyes malvados, ejércitos incontables, sabios muy sabios, monstruos horrendos y muchísimos robots. Y como tales fábulas, tras un desarrollo más o menos ligero y comprensible, ofrecen un fin moral y didáctico.
En estas fábulas, el universo está poblado de millones de seres eléctricos a los que Lem transpone todas las virtudes y bajezas humanas, pero como buenos personajes de fábula, su esencia es distinta a la humana, quizá más pura e ingenua, sus cálculos precisos que pueblan los relatos no pueden errar ni desviarse de sus programaciones, aunque no por ello la locura y la ambición les son indiferentes.
Lo malo es que este volumen esté descatalogado desde hace mucho, y resulta casi imposible encontrarlo en cualquier librería, tampoco se si la han vuelto a reeditar, y es una lástima porque quizá sea este sea el más asequible para el principiante. No es un secreto que Lem no es un autor fácil, y aunque puede ir desde el humor ácido hasta el más oscuro de los discursos reflexivos, es sin duda preferible empezar con una obra como esta, divertida y sorprendente, que por otras que merecen un acercamiento más reposado.