Estas de acuerdo que si la familia desaparece la sociedad ya no tendría futuro?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
si por que sin los adultos o la familia no existiría la sociedad
Explicación:
i no se abordan políticas que doten de recursos económicos y asistenciales que faciliten el cuidado de las personas en general y el cuidado de los mayores en particular, existe el peligro de acabar debilitando la solidaridad de las redes familiares por agotamiento.
Explicación:
Respuesta:
después de la familia, ¿qué? Son tantos y tan rápidos los cambios que se vienen produciendo en las últimas décadas en la forma en que los seres humanos establecen y definen sus vínculos, organizan su convivencia, aman, tienen hijos, los educan¿, que tal pregunta resulta obligada en los tiempos actuales. Y al igual que en otras situaciones de cambio social, también es inevitable que las respuestas sobre el futuro de la familia se elaboren, con mayor frecuencia de la deseada, desde el plano de las ideas, cuando no de los sentimientos, con perspectivas y miradas que casi siempre suelen ser difícilmente conciliables.
De esta manera, creencias, deseos, miedos y mitos individuales y colectivos acaban proyectando imágenes de la realidad familiar, de su presente y de su futuro que casi siempre resultan incompletas, cuando no estereotipadas y distorsionadas.
El desencuentro y la polémica en los discursos sobre la familia no son patrimonio de este tiempo histórico; más bien acompañan al estudio de la familia y su papel social desde siempre, al menos en lo que concierne a las sociedades modernas occidentales. Cierto es que cada momento ha tenido sus particulares focos de atención, han cambiado sin duda las cuestiones y los problemas y, últimamente, ha cambiado de manera sustancial el alcance de la discusión puesto que en un contexto globalizado la diversidad de los sistemas familiares se ha hecho más evidente y el ritmo y la transcendencia de los cambios en las pau- * Profesora de Sociología en la Universidad del País Vasco. Bilbao.
tas de comportamiento familiar se ha magnificado. Ahora bien, hoy como ayer y probablemente al igual que mañana, lo que está en liza al hablar de la familia, de su constitución y reconocimiento social, de sus funciones sociales, de su cobertura jurídica y económica, etcétera, es qué se considera familia.
Las encuestas de valores y actitudes de la población no hacen sino confirmar una y otra vez que para la casi totalidad de los individuos la familia tiene un significado relevante, sea como ámbito de referencia, sea como proyecto vital. Probablemente desde esa estima generalizada de la familia como valor personal y social se comprende el atrincheramiento en la defensa ferviente del mantenimiento de la familia tradicional y la reivindicación del derecho a formar familia de individuos sin pareja o con pareja homosexual. Lo que no comparten la mayor parte de los individuos es que lo que se entiende por familia encierre una misma forma de vivir, amar o procrear. Por ello, la inquietud actual sobre el futuro de la familia no arranca tanto de la incertidumbre sobre su vigencia como de la derivada de su creciente pluralidad, porque, cada vez con mayor intensidad, en las sociedades de la segunda modernidad la vida familiar adopta formas distintas, diversas y discontinuas de realización.
En estas líneas, tras concretar el alcance del término familia, se aborda la cuestión del cambio familiar. Cuáles son sus rasgos y características definitorias, sus consecuencias y la expresión que adopta en el contexto de la sociedad española. Se ofrecen algunas claves interpretativas que contribuyen a una mejor comprensión de lo que está ocurriendo y que permiten intuir escenarios familiares futuros. Ahora bien, éstas son las claves que aporta la investigación social desde las diferentes disciplinas y, consiguientemente, nos acercan a lo que es, no a lo que debiera ser o a lo que se desearía ver.
¿De qué familia hablamos? Sentenciaba hace unos años C.C. Harris (1986), sociólogo de la familia: ¿no hay término menos claro que éste¿. Qué puede identificarse y definirse como familia es una de las cuestiones más debatidas en la sociología y la antropología. Y a pesar de que la investigación histórica ha mostrado sobradamente que dada la variación en la composición y funciones de las familias no es posible considerar una forma natural o universal de familia, el debate continúa. Aún hoy persiste cierta confusión al utilizar los términos referidos a los modos en que las personas conviven, establecen vínculos afectivos o procrean y ello se debe en gran parte al uso parcial, singular y uniforme que del término familia se ha hecho en la sociedad y el pensamiento occidental.