Estás de acuerdo con la opinión final de los habitantes de Macondo sobre el valor de las películas?
Explica tu respuesta y compara tu actitud hacia las películas con la suya.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones, la gente de Macondo
no sabía por dónde empezar a asombrarse. Se trasnochaban contemplando las
pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en
el segundo viaje del tren, y a cuyo obsesionante tuntún costó tiempo y trabajo
acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante
don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león, porque
un personaje muerto y sepultado en una película y por cuya desgracia se
derramaron lágrimas de aflicción, reapareció vivo y convertido en árabe en la
película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes
de los personajes, no pudo soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El
alcalde, a instancias de don Bruno Crespi, explicó mediante un bando que el cine
era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del
público. Ante la desalentadora explicación, muchos estimaron que habían sido
víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos, de modo que optaron por no
volver a ir al cine, considerando que ya tenían bastante con sus propias penas, para
llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios.
Explicación:
Espero y te sirva
Respuesta:
D Actores. Al final del fragmento ¿por qué decidieron los habitantes de Macondo no volver al cine? A Querían divertirse y distraerse, pero descubrieron que las películas eran realistas y tristes. ... D Buscaban implicarse emocionalmente pero las películas les parecieron aburridas, poco convincentes y de mala calidad.
Explicación: