Establezca 5 diferencias y 5 similitudes entre las vivencias de los Chambaculeros (término empleado para las personas que habitaban el barrio llamado Chambacú) y las propias vivencias de tu entorno, escribir en español:
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Chambacú fue un barrio de Cartagena de Indias, Colombia, ubicado en los extramuros del centro histórico de la ciudad, que desapareció en 1971. Considerado en su momento el tugurio más grande del país, fue escenario de uno de los proyectos de erradicación de tugurios más importantes en la historia colombiana. Es el escenario central del libro Chambacú, Corral de Negros de Manuel Zapata Olivella.1
Inicios
A mediados de los años 1920, Chambacú se hallaba prácticamente despoblada y era una isla separada de tierra firme por los caños y lagunas que rodeaban al centro de la ciudad. La isla había sido propiedad del expresidente Rafael Nuñez, quien se la concedió a su cochero en agradecimiento por sus servicios. Pasó de un propietario a otro, hasta que la alcaldía municipal decidió comprarla, presionada por los asentamientos irregulares de algunas familias que se apropiaban progresivamente de los terrenos. Los nuevos pobladores provenían de barrios y de pueblos cercanos a Cartagena. Con el tiempo, y frente a la llegada masiva de nuevos vecinos, se fueron rellenando los cuerpos de agua para ir extendiendo las fronteras del barrio; los pobladores se valieron de basura, cáscaras de arroz provenientes de una arrocera cercana y de todo tipo de materiales sólidos como relleno.2
Años 1950
Para 1955, más de 20 años después de la conformación del barrio, la población total era de 8.697 personas, agrupadas en cerca de 1.200 familias. Debido a la incapacidad económica de sus habitantes, las viviendas habían sido construidas en materiales perecederos (madera, plástico, cartón), y muy pocas reunían condiciones dignas de vida. Muchas no contaban con los servicios públicos básicos (agua potable, alcantarillado o energía eléctrica) y eran demasiado pequeñas para la cantidad de personas que albergaban. El hacinamiento era un patrón generalizado en la mayor parte de la comunidad. Del mismo modo, carecían de escuelas, centros comunitarios y establecimientos de salud. Por tal motivo, los índices de analfabetismo y de proliferación de enfermedades eran elevados.
La falta de educación ocasionó que los chambaculeros se emplearan en oficios informales y poco remunerados. La mayoría de ellos se dedicaban al comercio ambulante y a la albañilería. La mayor parte de los ingresos mensuales por hogar estaban concentrados en la alimentación, por lo cual, era difícil realizar cuantiosas inversiones en el mejoramiento del hábitat. Dicha situación fue alimentando los argumentos de quienes habían venido insistiendo en la necesidad de erradicar el barrio y de trasladar a sus pobladores, dado que la imagen del sector afeaba al resto de la ciudad y, en ese sentido, constituía un supuesto perjuicio para el porvenir turístico de Cartagena. Ese mismo año, salió a la luz pública el primer proyecto que visualizaba la remoción definitiva de la comunidad.
El proceso de erradicación
En 1955, el Instituto de Crédito Territorial (ICT), la entidad encargada de coordinar la política estatal de vivienda, presentó una iniciativa para erradicar el barrio y relocalizar a sus habitantes en otro espacio retirado de la ciudad. La institución firmó un acuerdo con la Alcaldía de Cartagena en ese mismo año y, de esa manera, se formalizó la alianza para emprender el proyecto. Se importaron varios centenares de casas prefabricadas desde Finlandia y se comenzaron a realizar las gestiones para adquirir un terreno dentro del cual se ubicara el nuevo asentamiento. A pesar de que se tenía proyectado iniciar con las obras con celeridad, se fueron presentando inconvenientes alrededor de la nueva ubicación. Cuando se proyectó la instalación de las nuevas viviendas en una zona del sur de la ciudad, una escuela católica que estaba ubicada en sus inmediaciones protestó por la iniciativa e hizo un llamado para reconsiderar la ubicación del asentamiento, aludiendo los perjuicios que se ocasionarían dado el carácter "socio-moral" de los chambaculeros.