Establecer comparaciones acerca de la teoría de Jan Willians y Alda facio sobre la Participación de mujeres y hombre en el marco de la diversidad la equidad de género y el rechazo a toda forma de descriminación .. Alguien me ayuda por favor
Respuestas a la pregunta
FEMINISMO, GENERO Y PATRIARCADO
Alda Facio y Lorena Fries
Conceptualmente, las diferencias entre los sexos no implican desigualdad legal. Es
posible concebir a mujeres y hombres como legalmente iguales en su diferencia mutua. Pero ese
no ha sido el caso, al menos en los últimos 5 o 6 mil años.3 Desde el punto de vista histórico, las
diferencias entre los sexos y la desigualdad legal están estrechamente ligadas. ¿Por qué? Porque
la diferencia mutua entre hombres y mujeres se concibió como la diferencia de las mujeres con
respecto a los hombres cuando los primeros tomaron el poder y se erigieron en el modelo de lo
humano. Desde entonces, la diferencia sexual ha significado desigualdad legal en perjuicio de las
mujeres. Esta desigualdad podría haberse dado en contra del sexo masculino si el parámetro de
lo humano hubiese sido a la inversa. Pero, está empíricamente probado que la jerarquización se
hizo y se hace a favor de los varones. Es más en todas partes y en la mayoría abrumadora de las
culturas conocidas, las mujeres somos consideradas de alguna manera o en algún grado,
inferiores a los hombres. Cada cultura hace esta evaluación a su manera y en sus propios
términos, a la vez que genera los mecanismos y las justificaciones necesarias para su
mantenimiento y reproducción.
Sin embargo, a pesar de que en cada cultura el grado de inferioridad de las mujeres con
respecto a los hombres y los argumentos para justiciarla pueden ser distintos, todas las culturas
conocidas tienen algunos rasgos comunes. Janet Saltzman4
ha identificado tres de éstos: 1) una
ideología y su expresión en el lenguaje que explícitamente devalúa a las mujeres dándoles a ellas,
a sus roles, sus labores, sus productos y su entorno social, menos prestigio y/o poder que el que
se le da a los de los hombres; 2) significados negativos atribuidos a las mujeres y sus actividades
a través de hechos simbólicos o mitos (que no siempre se expresan de forma explícita); y 3)
estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en, o el contacto con los espacios de
los más altos poderes, o donde se cree que están los espacios de mayor poder tanto en lo
económico y lo político como en lo cultural. Nosotras agregaríamos una cuarta característica: 4)
el pensamiento dicotómico, jerarquizado y sexualizado, que lo divide todo en cosas o hechos de
la naturaleza o de la cultura, y que al situar al hombre y lo masculino bajo la segunda categoría, y
a la mujer y lo femenino bajo la primera, erige al hombre en parámetro o paradigma de lo
humano, al tiempo que justifica la subordinación de las mujeres en función de sus pretendidos
“roles naturales.
La universalidad de la subordinación femenina, el hecho de que exista y que involucre los
ámbitos de la sexualidad, la afectividad, la economia y la política en todas las sociedades,
independientemente de sus grados de complejidad, da cuenta de que estamos ante algo muy
profundo, e historicamente muy enraizado, algo que no podremos erradicar con un simple
reacomodo de algunos roles en lo sexual o social, ni siquiera con reorganizar por completo las
Saltzman, Janet. Equidad y genero. Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia, Instituto de la Mujer, 1992.
estructuras económicas y políticas. Instituciones como la familia, el Estado, la educación, las
religiones, las ciencias y el derecho han servido para mantener y reproducir el estatus inferior de
las mujeres.