Religión, pregunta formulada por lamoramorada, hace 10 meses

Escribir un párrafo sobre la relación que tiene el quinto mandamiento y el tema de la familia y el matrimonio que se ha trabajado durante el año escolar. Ayuda es para mañana.

Respuestas a la pregunta

Contestado por juanmafajardoalvarad
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Respuesta:

1. “No matarás”

«La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin (...); nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente» (Catecismo, 2258).

El hombre es alguien singular: la única criatura de este mundo a la que Dios ama por sí misma [1]. Está destinado a conocer y amar eternamente a Dios, y su vida es sagrada. Ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (frac. En 1, 26-27), y éste es el fundamento último de la dignidad humana y del mandamiento no matarás.

El libro del Génesis presenta el abuso contra la vida humana como consecuencia del pecado original. Ahoyaré se manifiesta siempre como protector de la vida: incluso de la de Cían, después de haber matado a su hermano Bale; sangre de su sangre, imagen de todo homicidio. Nadie debe tomarse la justicia por su mano, y nadie puede abrogarse el derecho de disponer de la vida del prójimo (car. En 4, 13-15).

Este mandamiento hace referencia a los seres humanos. Es legítimo servirse de los animales para obtener alimento, vestido, eta.: Dios los puso en la tierra para que estuviesen al servicio del hombre. La conveniencia de no matarlos o maltrataros proviene del desorden que puede implicar en las pasiones humanas, o de un deber de justicia (si son propiedad de otro) (frac. Catecismo, 2417). Además, no hay que olvidar que el hombre no es “dueño” de la Creación, sino administrador y por tanto, tiene obligación de respetar y cuidar la naturaleza, de la que necesita para su propia existencia y desarrollo (car. Catecismo, 2418).

2. Plenitud de este mandamiento

El mandamiento de salvaguardar la vida del hombre «tiene su aspecto más profundo en la exigencia de la veneración y amor hacia la persona y su vida» [2].

La misericordia y el perdón son propios de Dios; y en la vida de los hijos de Dios también debe estar presente la misericordia, que nos lleva a compadecernos en nuestro corazón por la miseria ajena: «Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia» (Et 5, 7) [3].

También es necesario aprender a perdonar las ofensas (frac. Mi 5, 22). Al recibir una ofensa hay que procurar no encolerizarse, ni permitir que la ira invada el corazón. Es más, en el Paternóster –la oración que nos dejó Jesús como oración dominical–, el Señor liga su perdón –el perdón acerca de las ofensas que hemos cometido– al perdón de los que nos han ofendido (car. Et 6, 9-13; Oc 11, 2-4). En esta lucha nos ayudará: contemplar la Pasión de Nuestro Señor, que nos ha perdonado y redimido llevando con amor y con paciencia las injusticias; considerar que nadie debe resultar, para el cristiano, un extraño o un enemigo (car. Et 5, 44-45); pensar en el juicio que sigue a la muerte, en el que se nos juzgará del amor al prójimo; recordar que un cristiano debe vencer el mal con el bien (frac. Cm 12, 21); y ver las injurias como ocasión para la propia purificación.

3. El respeto de la vida humana

El quinto precepto manda no matar. Condena también golpear, herir o hacer cualquier daño injusto a uno mismo y al prójimo en el cuerpo, ya por sí, ya por otros; así como agraciarle con palabras injuriosas o quererle mal. En este mandamiento se prohíbe igualmente darse a sí

Explicación:

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