escribe un relato con la frase "cuando entro se dio cuenta de que avia una manzana sobre la mesa"
NOTA: SI NO SABES MEJOR NO RESPONDAS GRACIAS:D
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
solo vengo por los puntos
Explicación:
Gracias
Respuesta:
Cuando entró se dio cuenta de que había una manzana sobre la mesa. Llevaba meses sin probar bocado, desde la muerte de sus padres Charlie había tenido que sortear a los policías y con suerte encontraba tendido en el suelo algún pedazo de pan que aún no habían encontrado los pájaros, o algún puesto desatendido.
Desde que se adentró en aquel local de aspecto lúgubre y sumergido en una profunda oscuridad no sabía que podría ser de él. Lo único que sabía es que nada peor de lo que ya era de él (y que estaba hambriento).
Sigilosamente se deslizó sobre las losetas que cubrían el piso/suelo* de aspecto centenario. Ese sitio de veras necesitaba una reforma o algo por el estilo.
Lo único que había a la entrada a primera vista era aquella mesa baja, se unos 30 centímetros. A Charlie eso le recordó a las mesas que veía ilustradas en sus mangas. Era bastante surrealista que en toda la sala, bien grande que era, solo hubiese una manzana golden sobre una mesa baja cubierta con un mantel morado a juego con el alfeizar de las ventanas. Nada más. Muuuy extraño.
Pero él no iba a ser tonto, llevaba semanas desnutrido, y si lo único que tenía era aquello, pues aquello se comería.
Se encontraba a apenas unos pasos del manjar que su panza/tripa* anhelaba ingerir impacientemente cuando un ruido, más bien una voz lo distrajo. Pertenecía a una mujer. Decidió esconderse y esperar a que ésta se alejase para comerse el fruto.
Se escondió tras la puerta y escuchó con interés.
- Sí, Amelia, el ramillete de bodas estará listo para el evento. No te defraudaré.
- Gracias amiga - se oyó a una segunda voz tras el auricular-.
- Bueno, te tengo que colgar, ya que tengo la habitación de la entrada ventilando y la puerta está abierta. El niño reposa en la cuna, y no quiere pegar ojo. ¡Cómo no ponga orden algo malo va a ocurrir de seguro!
- Claro, claro. No te preocupes. ¡No hay prisas! Tú relájate y pon orden, y en cuánto puedas haz el favor de llamarme para seguir con los últimos detalles. ¡Ah, y amiga...¿qué tal la mudanza?! ¿Sabes ya cómo decorarás la habitación esa de la entrada, tan peculiar que es?
- No, aún sólo sé que quiero dejar la mesilla de la China Oriental de mi luna de miel. Es uno de los pocos recuerdos que tengo de Miguel.
- Está bien, de eso nos encargaremos tú y yo mañana mismo.
- Okay...¡luego te veo!
- ¡ADIÓS! - gritó de tal forma Amelia que casi rompió algún cristal sin importar el que no se encontrase en la misma sala...-.
- Debo de tener más cuidado de no pegar el teléfono a mi oreja al acabar conversaciones con Amelia...-dijo entre risas la mujer-.
Y se marchó con pasos apresurados. Charlie ya tenía vía libre para actuar.
Es imprescindible en un huérfano sin techo aprender a no confiar en nadie. Por eso, a pesar de que la mujer no parecía mala persona, Charlie reusó a pedirle la manzana. En el pasado había aprendido que eso no era una opción por las malas…
La manzana ya era suya básicamente, solo debía de encontrar la manera de que nadie entrase durante el robo. No era tan difícil...