Escribe un monolo comico sobre la madre
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
espero que to te sirvade algo
Todas las madres del mundo hacen y dicen exactamente las mismas cosas. Yo creo que les dan un cursillo secreto en el que aprenden esos comportamientos que llamamos «cosas de madre». Quién no ha escuchado alguna vez el clásico «Tú hazle caso a tu madre, que tu madre sabe mucho de esto…» ¿De dónde creen que ha podido sacar una madre una frase así? Pues del cursillo.
Lo primero que les enseñan en el curso es a repetir mucho las cosas. Por eso, cuando eres bebé hablan contigo como un disco rayado:
– ¿Cómo estás? ¿cómo estás? ¿cómo estás?
Seguro que si el bebé pudiera hablar, les diría:
– Hasta el gorro, hasta el gorro, hasta el gorro…
En el cursillo también les dan clase de lenguaje, y aprenden a incluir en todas sus frases el «mi» y el «me». Un ejemplo: «mi niño no me come», «mi niño no me duerme». Son tan posesivas que en la agenda, ponen todos los teléfonos de sus hijos en la letra M: «mi Paco»,»mi Alberto»,»mi Jose».
Gracias a estos cursillos, las madres son capaces de hablar de dos temas la vez:
Gobierno.
– Bueno, pero tápate la boca, que coges frío.
– ¿Qué te pasa, hijo mío? ¡No arrastres los pies!
– Es que estoy pensando en dejar de estudiar…
– ¡No te toques los granos! ¿Pero cómo vas a dejar los estudios?
– Es que no me gustan
– Uy, hay tantas cosas que no me gustan a mí…¡Ponte derecho, que te va
Y llega un punto en que, sin saber porque, ambos mezclan las conversaciones y acaban por zanjar ellas la cuestión:
– Pero ¿cómo vas a tener ganas de estudiar si no arreglas tu habitación? Venga, que no hay quien entre…¡Y estudia!
«Julián, tápate la boca!!».
– Uy, esta camisa es preciosa, hijo
– No.
– Pero ¿cómo que no? Si es lo que se lleva ahora.
– Lo que se lleva ¿dónde?¿en el circo de Ángel Cristo?
A
– Niño, que te vas a caer.
Y te caes.
– Niño, no comas tan deprisa que te vas a atragantar
Y te atragantas.
– Hijo, ten cuidado que ésa es un lagarta.
¡Y es una lagarta!
Ya vives solo, vas a verla cada quince días…pero eso no les impide seguir cebándote: te pone en la mesa la comida de dos semanas, y se sienta al lado y empieza:
– ¿qué pasa, no está bueno? Venga, termínate las albóndigas, el bacalao, los pimientos rellenos y el cochinillo…y come pan. ¿Te pelo una naranja?
– Vale, pues me caso. ¿Estás contenta?
– No, que ésa es una lagarta.
– Vale, pues me divorcio.
– Pues no, ¿qué va a ser de tus hijos?
– Mamá me ha tocado la lotería, ¿estás contenta?
– No, menudo palo te va a dar Hacienda.
– Mamá, me han nombrado Presidente