Escribe un ensayo en el que darás a conocer TU PUNTO DE VISTA sobre la situación que estamos viviendo a causa del COVID
Escribirás en base a los siguientes puntos:
Beneficios y desventajas de las clases en línea.
Beneficios y desventajas de la situación económica y laboral que se está presentando.
Sentimientos que se manifiestan en las personas al estar frente a una situación de algún familiar enfermo.
Emociones que se presentan ante los cuidados de prevención.
Sugerencias o recomendaciones para los jóvenes ante dicha situación.
Deberás escribirlo en tu libreta.
Usar correctamente las mayúsculas y signos de puntuación.
Escribir la tilde cuando se requiera.
Escribir correctamente las letras r, s, e, b, d.
La extensión deberá ser de una cuartilla
Debe de tener una introducción, desarrollo y conclusión
Puedes consultar algunas fuentes de investigación, pero no se trata de copiar y pegar.
Todo lo que escribas será con tus propias palabras.
Me hacen un ensayo plis con cada punto que dice plisss :(
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Han sucedido tantas cosas, y en tan poco tiempo, que no resulta fácil seleccionar alguna temática sin dejarnos fuera otras igualmente relevantes. Probablemente nos pasaremos los próximos años debatiendo sobre lo acontecido, entre otros motivos, por la escasa información que aun hoy tenemos sobre la apisonadora que ha triturado inmisericordemente nuestro estilo de vida.
Las imágenes de los camiones militares llevándose cadáveres de las ciudades italianas, las de nuestro personal sanitario protegiéndose con bolsas de basura, las fosas comunes en Nueva York, el "todo va a salir bien" de los murales infantiles, las colas del hambre, o la incredulidad de los ancianos que agonizaban en la más absoluta soledad, nos han despertado de la nebulosa de aparente seguridad en que hemos vivido, al menos en Occidente, en las últimas décadas.
Sin duda, las narrativas tecno-utópicas han servido de poderoso narcótico colectivo, de ahí la dureza con que nos ha cimbreado la realidad. En efecto, a lo largo de estos años, una legión de propagandistas nos ha deslumbrado con sus predicciones de ciudades inteligentes, nano-robots, medicina personalizada, inteligencia artificial, big data, etc., que nos darían el cobijo y la protección propia de una guardería. Sin embargo, en esta hora de la verdad, nos hemos visto obligados a emplear técnicas propias del medievo, convirtiendo en pesadilla nuestros sueños de dominio de la naturaleza. De ahí que no hagamos más que restregarnos los ojos.
He seleccionado cuatro temáticas interconectadas entre sí que nos permitirán analizar diferentes fractales de una misma realidad. En concreto, el primer apartado lo dedicaremos a la ética de la toma de decisiones en situaciones de triaje; el segundo, a las implicaciones para nuestras libertades del acelerado proceso de datificación al que hemos asistido; el tercero, a reflexionar sobre el papel jugado por la biotecnología a la hora de contrarrestar las propuestas que implican, tácita o encubiertamente, un darwinismo social; y el último, a la singularidad, o especificidad folclórica, del confinamiento español.
El principal motivo por el que nos hemos confinado de forma masiva ha sido no asistir a una confrontación, no precisamente dialéctica, entre dos de las principales escuelas filosóficas, neokantianos y utilitaristas.
En efecto, en los casos más graves, el coronavirus coloniza los pulmones de sus víctimas, hasta el punto de no poder respirar por sí mismas. Para ganar tiempo, estas personas son intubadas y conectadas a unos respiradores que generan el movimiento de los pulmones de forma artificial hasta que el organismo logre recuperarse. En España, en el momento del colapso no llegábamos a cinco mil respiradores para cerca de cincuenta millones de personas1, más o menos como Italia, y bastante por debajo de Alemania, con veintiocho mil. Este dato implica que, una vez ocupados los respiradores por cinco mil personas, cantidad que fácilmente podía ser rebasada en un solo día, los siguientes potenciales usuarios no podrían ser atendidos.
Por ello, hemos preferido hundir nuestra economía antes que asistir el desesperante espectáculo de contemplar cómo la gente se asfixiaba sin que pudiéramos hacer nada por ellos, fuesen familiares, vecinos o desconocidos. De hecho, junto al número de contagiados y fallecidos, la gente miraba de reojo el número de respiradores que quedaban libres en su ciudad o región. Con todo lo duro que ha sido el confinamiento o la destrucción de los puestos de trabajo, pocas cosas minaban más la moral colectiva que saber que de nada serviría acudir a un hospital si no quedaban respiradores libres.
En resumen, lo peor de todo es que saldremos de esta, pero la seducción intelectual inherente al pensamiento mágico, al lenguaje oscuro y enrevesado, al esoterismo y a las verdades ocultas, azuzado por los teólogos del ecologismo extremo, resurgirá pronto como si nada hubiese sucedido. Nadie aceptaría unas matemáticas alternativas, sin embargo, nos hemos acostumbrado a aceptar la legitimidad de la medicina alternativa, como si la pandemia no hubiese puesto a cada uno en su sitio.