Escribe un diálogo en una una hoja de block entre padre he hijo
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Respuesta:
Explicación:
El hombre estaba trabajando en el taller que tenía en el patio trasero de su humilde morada mientras veía a su hijo de seis años jugar con una pequeña barca de madera que él le había hecho tiempo atrás.
Desde la llegada de aquel niño a sus vidas, muchas cosas habían pasado, y él se sentía grandemente responsable por la crianza y el bienestar del pequeño. Ahora, viéndolo jugar, se sentía tranquilo, pero sabía que en el futuro vendrían más pruebas difíciles para él, su esposa y su hijo. Sin embargo, había decidido dejar que cada día trajera su propio afán y por ahora se concentró en la felicidad que sentía al lado de su familia. Dejando de lado las herramientas de trabajo, se acercó a platicar con su hijo, a quien amaba entrañablemente.
“– Hola hijito. ¿Jugando?
– Sí papi, me gusta mucho este barquito que me hiciste.
– ¿Te gustaría algún día navegar en uno de verdad?
– ¡SÍ! ¿Crees que algún día podríamos subirnos a uno?
– Te prometo que sí. Tengo algunos amigos pescadores en el mar que está cerca. Hablaré con ellos para que nos lleven a dar un paseo un día de éstos.
– Gracias papi, eres muy bueno, siempre haces cosas que me hacen feliz.
– Por cierto, la próxima semana es tu cumpleaños ¿lo recuerdas?
– ¡Es cierto! Platícame otra vez del día que nací, me gusta mucho cómo lo haces y lo que has escrito en ese diario que me has mostrado a veces.
– Mmh, pues fue un día inolvidable. Tras los muchos ajetreos por lo que ya te he platicado, finalmente te tuvimos en nuestros brazos. Era una noche clara y las estrellas brillaban como nunca. Parecían querer decirme que tú serías una estrella más en nuestras vidas como hasta ahora lo has sido, y yo sé que cuando crezcas, también serás como una estrella para mucha gente, una estrella que les ayudará a dar rumbo a sus vidas.
– ¿Por qué dices eso, papi? No entiendo.
– Ahora no lo entiendes, pero algún día lo entenderás, hijito. Entenderás que viniste a este mundo con una misión muy especial, para la cual fuiste preparado desde los cielos. Y aunque tal vez no te resulte fácil cumplirla, recuerda siempre que hay un padre allá arriba que te ayudará a lograrlo; confía siempre en él, tal como ahora confías en mí.
– ¿Tú también viniste con una misión especial, papá?
– Sí hijo, todos tenemos una misión especial que nuestro padre en el cielo nos ha asignado, pero la tuya, estoy seguro, será mucho muy especial.
– ¿Cómo sabes eso, papi?
– Me lo ha dicho el corazón, por eso lo sé. Y por otras razones que algún día también te contaré. Lo que te quiero decir ahora es que te amo con todo mi corazón. Me siento enormemente bendecido de haber sido escogido como tu padre aquí en la tierra. Pasamos por muchas cosas difíciles para que pudieras llegar y estar ahora aquí, pero con gusto las volvería a pasar con tal de tenerte conmigo.
– Yo también te quiero papi, y a mi mamá también. Quiero estar siempre con ustedes.
– Nada me gustaría más que eso hijo, pero cuando llegue el momento de cumplir tu misión, siento que deberás hacerlo solo, pero llévanos siempre aquí, en ese corazoncito que late dentro de ti, y ahí estaremos cuando nos necesites para darte fuerza. Y nunca dudes que lo lograrás. Cumplirás tu misión de una forma tan maravillosa, que algún día, mucha gente recordará el día en que naciste y lo celebrará. Te amo, hijo.
– Y yo a ti, papi.”
Desde adentro de la casa, una voz de mujer los llamó a los dos.
“– José, Jesús, la cena está lista, vengan.
– Ya vamos, María – respondió José.”
Aquel padre y su hijo entraron abrazados a casa. Mientras tanto, una estrella fugaz atravesó lentamente el cielo de Nazareth, y las estrellas brillaron con más intensidad.