Educ. Fisica, pregunta formulada por jimaapatricio, hace 4 meses

escribe tus conocimientos adquiridos sobre el distanciamiento social en la época de pandemia​

Respuestas a la pregunta

Contestado por vale4970
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Respuesta:

Explicación:

Hace un poco más de un año que el coronavirus fue declarado oficialmente como pandemia por la OMS. Pasará mucho tiempo y seguiremos acordándonos de los fallecidos, los enfermos, las secuelas que la enfermedad les ha dejado; las graves consecuencias económicas; el impacto personal y social en bienestar y salud mental. También se hablará mucho de educación: de los efectos catastróficos que trajo el cierre de las escuelas y de su impacto intergeneracional. De hecho, es muy posible que, dentro de unos años, la educación sea la cicatriz más profunda y duradera que nos haya dejado el virus.

Según datos de UNICEF, los niños de América Latina y el Caribe son los que más tiempo han estado fuera de las aulas. Cerca del 60% de los menores de la región perdieron el año lectivo y 13 millones de niños no están teniendo acceso al aprendizaje a distancia. Sabemos que la región tenía un problema severo de deserción escolar que la pandemia ha agravado. Un estudio reciente afirma que la probabilidad de los niños latinoamericanos de terminar la escuela ha caído de un 61% a un 46%, regresando a niveles de los años 60. Pero no solo eso. El desempleo juvenil es tres veces mayor al de los adultos. No creo que hoy alcancemos a vislumbrar las consecuencias de esas cifras para esta generación de niños y jóvenes desde el punto de vista económico y social.

La pandemia también ha exacerbado las brechas de género en un mercado laboral que no refleja los logros educativos de las mujeres. Los últimos datos de la OIT, nos dicen que la tasa de participación laboral de las mujeres ha retrocedido a niveles de hace 15 años. Las consecuencias devastadoras del COVID en la educación y el empleo podrían representar pérdidas futuras en ingreso de $1.7 billones de dólares para las nuevas generaciones.

Cuando se cierran las oportunidades educativas y económicas se abren espacios de influencia para otros actores. Cuando los niños y jóvenes no están en el colegio, son mucho más fáciles de reclutar, por ejemplo, por el crimen organizado. En Colombia, el número de niños y jóvenes que han ido a engrosar las filas de alguna banda armada se ha quintuplicado en el último año, según datos de la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (y estos números están probablemente muy por debajo de las cifras reales). Y a los que se resisten, se los llevan por la fuerza. Las bandas les ofrecen dinero, armas, celulares, alimentos y medicinas. La contraoferta para mantener a estos jóvenes fuera del circuito sería la promesa de que con esfuerzo y sacrificio podrán tener una vida mejor a la de sus padres. ¿Es realista? Siendo honestos, la promesa de retornos futuros a la inversión en educación y formación sigue siendo demasiado lejana para que estos jóvenes dejen de enfocarse en beneficios que pueden materializarse hoy, en lugar de concentrarse en retornos a futuro extremadamente inciertos.

¿Qué podemos hacer para revertir esta situación? ¿Qué lecciones nos deja la pandemia y cómo podemos aplicarlas para evitar una catástrofe educativa y generacional? Aunque no nos demos cuenta, hemos aprendido muchas cosas. Sin embargo, para ser honestos, algunas, deberíamos haberlas sabido ya.


jimaapatricio: gracias pero si fuera más corto fuese mejor
vale4970: mmm no lo encontre mas corto jajaj perdon
jimaapatricio: gracias
alejandroguaman1712: Hola , gracias lo necesitava <3
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