ESCRIBE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN QUE SE NECESITEN EN EL SIGUIENTE TEXTO
Estos días de atrás cuando hizo tantísimo frío no se veían más que cosechas y cosechas destruidas del hielo por toda la carretera litoral de Barcelona hasta Tortosa. Murieron inclusive muchos árboles frutales, y naranjos, y olivos. Hasta viejos olivos ya árboles grandes padres se llegaron a helar como los débiles geranios. La cosecha de flores arrasada se lamentaban por sus flores los campesinos del Penedés de la Plana de Reus del campo de Tarragona Sobrevivían los pinos marítimos bajo el cielo de acero contra vientos glaciales que entraban de la mar a mediodía los arbustos bravíos agitando sus melenas verdioscuras entre los blancos peñascales hacia las faldas del Montsant. (...)
Así es que al no ver a nadie en el sitio echan una mirada en derredor cuando de pronto ahí mismo al otro lado de la carretera el hombrecín. Allí junto se había agazapado en una especie de cobijo como una garita de tierra que hacía de terraplén; y quieto allí sin decir nada las manos así puestas sobre un cacho de fuego que se había organizado con cuatro palitroques y un puñado de pasto y hojas secas. Conque acuden a él y le hablan esas preguntas que se hacen sobre qué había pasado si estaba herido a lo mejor si notaba alguna cosa. Y él no lo miraba si quiera ni levantar los ojos de la lumbre no hizo más que mover levemente la cabeza en sentido negativo.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
9. Escribir los signos de puntuación que se necesiten en el siguiente texto:
Estos días de atrás, cuando hizo tantísimo frío, no se veían más que cosechas y cosechas destruidas del hielo por toda la carretera litoral de Barcelona hasta Tortosa. Murieron, inclusive, muchos árboles; frutales, naranjos, olivos viejos, olivos, ya árboles grandes, padres se llegaron a helar como los débiles geranios.
La cosecha de flores arrasada, se lamentaban por sus flores los campesinos del Penedés de la Plana de Reus del campo de Tarragona. Sobrevivían, los pinos marítimos, bajo el cielo de acero, contra vientos glaciales, que entraban de la mar a mediodía; los arbustos bravíos, agitando sus melenas verdioscuras, entre los blancos peñascales, hacia las faldas del Montsant. (...)
Así es que, al no ver a nadie en el sitio, echan una mirada en derredor, cuando de pronto, ahí mismo al otro lado de la carretera el hombre. Allí junto, se había agazapado en una especie de cobijo, como una garita de tierra, que hacía de terraplén y quieto allí sin decir nada, las manos así puestas sobre un cacho de fuego, que se había organizado con cuatro palitroques y un puñado de pasto y hojas secas. Conque acuden a él y le hablan esas preguntas que se hacen sobre, qué había pasado si estaba herido, a lo mejor si notaba alguna cosa. Y él, no lo miraba si quiera, ni levantar los ojos de la lumbre, no hizo más que mover levemente la cabeza en sentido negativo.
Explicación:
espero haberte ayudado.