escribe en 10 lineas lo que comprendistes del sueño del pongo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Un hombrecito se encaminó a la casa-hacienda de su patrón. Como era siervo
iba a cumplir el turno de pongo, de sirviente en la gran residencia. Era
pequeño, de cuerpo miserable, de ánimo débil, todo lamentable; sus ropas,
viejas.
El gran señor, patrón de la hacienda, no pudo contener la risa cuando el
hombrecito lo saludó en el corredor de la residencia.
—¿Eres gente u otra cosa? —le preguntó delante de todos los hombres y
mujeres que estaban de servicio.
Humillándose, el pongo no contestó. Atemorizado, con los ojos helados, se
quedó de pie.
—¡A ver! —dijo el patrón—, por lo menos sabrá lavar ollas, siquiera podrá
manejar la escoba, con esas manos que parece que no son nada. ¡Llévate esta
inmundicia! —ordenó al mandón de la hacienda.
Arrodillándose, el pongo le besó las manos al patrón y, todo agachado, siguió
al mandón hasta la cocina.
El hombrecito tenía el cuerpo pequeño, sus fuerzas eran sin embargo como las
de un hombre común. Todo cuanto le ordenaban hacer lo hacía bien. Pero
había un poco de espanto en su rostro; algunos siervos se reían de verlo así,
otros lo compadecían. «Huérfano de huérfanos; hijo del viento de la luna debe
ser el frío de sus ojos, el corazón pura tristeza», había dicho la mestiza
cocinera, viéndolo.
El hombrecito no hablaba con nadie; trabajaba callado; comía en silencio. Todo
cuanto le ordenaban, cumplía. «Sí, papacito; sí, mamacita», era cuanto solía
decir.