Historia, pregunta formulada por marlenyr856, hace 5 meses

escribe 10 oraciones relacionadas al texto de mi planta de naranja lima

Respuestas a la pregunta

Contestado por Daylanic00
9

Respuesta:

1. Cantar sí que era lindo. Totoca sabía hacer algo más, aparte de cantar: silbar. Pero por más que lo imitase no me salía nada.

2. Él me dio ánimo diciendo que no importaba, que todavía no tenía boca de soplador. Pero como yo no podía cantar por fuera, comencé a cantar por dentro.

3. Él quería leer el diario y no encontraba los anteojos. Los buscó, furioso. Le preguntó a Dindinha, y nada. Los dos dieron vuelta al revés a la casa.

4. Rodeé la mesa y apreté con fuerza su cuello. Sentí su pelo blanco rozar mi frente con mucha suavidad.

5. -¡Tráeme mi caballito el viernes y vas a ver si leo o no!...

6. Era gracioso oír cómo pronunciaba todo sin equivocarse. Aquel niñito iba a ser alguien, iría lejos.

7. Nos sentamos y fingimos que comíamos. Pero mi oído estaba allá, escuchando las conversaciones.

8. Agujereé el suelo con un palito y comencé a dejar de lloriquear. Habló una voz, venida quién sabe de dónde, cerca de mi corazón.

9. En vez desenojarse, se recosteen la puerta y miró hacia arriba. Cuando bajó la cabeza tenía los ojos llenos de lágrimas.

10. Se quedó tan abatido que no quiso conversar más. Ni siquiera quería levantar los ojos del cuerpo del caballo que pulía.

11. Tomé mi cajoncito, lo colgué  en mi hombro y me  fui caminando despacito. Ese día no sentía fuerzas para tener rabia.

12. Levantó la tapa del cesto y fui levantado por las orejas y llevado hasta el comedor.

13. -¿Te crees que no sé en lo que estás pensando? Sí que lo sé. Pero por el momento, no. Déjame entrenarme más. Después me arriesgo...

14. –Nunca   más estará  vacío.  Cada vez  que  lo mire veré  en él,  siempre,  la  flor  más  linda  del mundo. Y  voy a pensar: el que me regaló esa flor fue mi mejor alumno. ¿Está bien?

15. Nuevamente se dio vuelta y se colocó otra vez los anteojos sobre la punta de la nariz.

16.  Se  juntó  gente  para  ver  si  se  había  golpeado,  pero por  la  manera  en  que  ella  insultaba  solamente  debía haberse hecho algunos rasguños.

17. Respiré aliviado. Pero no tanto como para dejar de darme cuenta de que detrás una mano me había sujetado la bolsa.

18. Anunció varias otras cosas, vendió algunos folletos y tropezó conmigo. Se detuvo y me  llamó haciendo un chasquear los dedos.

19. –Señora,  mi  trabajo  no  tiene  nada  de  inmoral.  Cualquier  trabajo  honesto  es  un  buen  trabajo,  y  no  me avergüenzo, ¿sabe?

20. En ese punto enmudeció y sus ojos asustados se desorbitaron. Don Ariovaldo había sacado su enorme cuchillo y se lo acercaba: Parecía que ella fuera a tener un síncope.

21.  Apenas  alcanzábamos  la  calle,  Totoca  comenzaba  a  correr,  dejándome  caminar  solito,  lentamente.  Y entonces empezaba a despertar mi diablo artero. Me gustaba que mi hermano se adelantara para poder reinar a gusto. Me fascinaba la carretera Río-San Pablo.

22. Él pasaba estirado, dueño de toda esa belleza, con la cara más severa del mundo. Nadie se atrevía a trepar sobre su rueda trasera. Decían que pegaba, mataba y amenazaba con capar al intruso antes de matarlo.23. Mis ojos  se  llenaron  de  lágrimas  de  dolor,  de  humillación,  ante  las  personas  que  estaban  presenciando  la escena y reían con maldad.

24. –Pégale un cabezazo en la barriga, Zezé. Muérdelo, clávale las uñas, que él solamente tiene gordura.

25. De repente, la cosa sucedió. Yo venía despacio, como siempre, por la carretera Río San Pablo cuando el coche enorme del Portugués pasó bien cerquita de mí.

26. La bocina sonó tres veces y vi que el monstruo me miraba sonriéndose. Aquello me hizo renacer la rabia y el deseo de matarlo cuando fuese grande. Puse cara seria y en mi orgullo fingí ignorarlo.

27.  Las  lágrimas  bajaban  y  yo  dejé  hacer  todo.  Me  dieron  algunos  puntos  y  hasta  una  inyección antitetánica. Aguanté hasta las ganas de vomitar.

28. –Solamente  en  esta  semana,  recibí  un  montón  de  palizas.  Algunas  bastante  dolorosas.  Pero  también  me pegan por lo que no hago. Me echan la culpa de todo. Ya se acostumbraron a pegarme.

29.  Entró violentamente  en  la  sala  y me  agarró  de  las  orejas.  Me  fue  arrastrando  hasta  el comedor y  me  tiró contra la mesa. Entonces me enojé.

30.ero mi nostalgia era muy grande. El Portugal debía de extrañarme, y si él hubiera sabido realmente dónde vivía hasta habría sido capaz de venir a buscarme.

Explicación:

espero te ayuden estas son algunas no sirvió pa´mas

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