escriba cinco características del Renacimiento
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9. Búsqueda de la simetría, la proporción y el equilibrio
Con la Antigüedad Clásica como referencia, los valores estéticos basados en la simetría, la proporción y el equilibrio, desarrollados ampliamente hacia durante el período clásico griego., se convirtieron en modelos aplicados en las artes y la literatura.
10. Práctica del mecenazgo
Se llama mecenazgo a la promoción de la creación artística y protección económica de los artistas. Esta práctica fue muy común en la Antigüedad. El término deriva, de hecho, de Cayo Mecenas, un noble romano impulsor y protector de los poetas de su tiempo, iniciativa que le mereció gran prestigio en su época.
A imitación de Cayo Mecenas, los sectores seculares del Renacimiento (ya no solo los monarcas y la Iglesia) se dedicaron a promover todo tipo de artes para honra de Dios, de la ciudad y de sí mismos, como decía el florentino Rucellai. Con el mecenazgo renacentista nacía también el arte como inversión económica.
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11. Surgimiento del gentil-hombre
Con el Renacimiento apareció un nuevo ideal de persona al que se llamaba “gentil-hombre”. Se refería a la imagen modelo del hombre múltiple y docto, que debía tener conocimiento de todas las áreas (ciencia, artes y humanidades). No existía, pues, la idea del especialista, sino que se valoraba el conocimiento abarcante.
12. Surgimiento de la usura y del sistema bancario moderno
En la transición de la Baja Edad Media al Renacimiento surgió la clase de los prestamistas y usureros y, con ellos, aparecieron los primeros bancos modernos. Este proceso comenzó en las ciudades italianas de Florencia, Venecia y Génova. La familia Medici fue una de las que participó en esta clase de actividades.
13. Crecimiento de las ciudades
El crecimiento de las ciudades ya había iniciado desde la Baja Edad Media, cuando el excedente de la producción agrícola, junto a otros factores, estimuló el comercio y la formación de burgos, donde se establecieron mercados. En el Renacimiento, las ciudades alcanzaron mayor auge y se impusieron como centros de referencia. De hecho, en la península itálica, la organización sociopolítica se realizó a través de la polis, ciudades-estado que competían entre ellas, tales como Florencia, Roma y Nápoles.