Castellano, pregunta formulada por miralba433, hace 1 año

es un texto alguien que me ayude a inventar el texto si​

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Contestado por holacomoestass
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Día 1: Llegada a Arrás.

El frío y la humedad traspasaban nuestros uniformes, haciendo que titiritásemos como si estuviéramos en las blancas estepas de Siberia en lugar de hallarnos en el norte de Francia. Dormía intranquilo cuándo sonó la corneta, sobresaltándome en un principio, pero rápidamente pude ponerme las botas y salir junto con los otros al exterior.

Durante el viaje, que apenas había durado un día, había intentado hablar con mis compañeros de camarote, pero estaban obsesionados con una sola cosa: matar alemanes. Una hora sí, la otra también, describían con cierta saña y morbosidad como sería el momento en el que sus balas hendieran el aire, como impactarían en la frente o en el mismísimo corazón del enemigo, y también utilizaban un lenguaje poco sutil para describir como caerían los cuerpos sin vida de sus víctimas.

Era como revivir de nuevo la campaña de África. Aún saboreándose la victoria desde que desembarcamos del puerto londinense, pero lo que no pensamos era que habría tantas bajas. Los mismos jóvenes que animadamente hablaban sobre quitarle la vida a otra persona con la que, tal vez, compartía sus mismas ambiciones y deseos, caían al suelo inertes bajo el mortero alemán. Ganamos, pero a qué precio.

La costa estaba parapetada de tiendas que se extendían hasta dónde alcanzaba mi vista. Había un incesante ir y venir dentro del campamento que se adentraba hacía el interior. Salimos del barco mientras el sargento nos ladraba que íbamos a tardar más en bajar el barco que en ganar la guerra. No supe la edad que tenía, pero, como todos excepto yo, joven.

Nos dieron instrucciones dos horas después, tras una reunión de los altos mandos. Descansaríamos el resto de la tarde y a la mañana siguiente nos enviarían o bien al frente o bien a seguir con la excavación de túneles.

No quise saber nada más el resto del día de mis compañeros. En todos los fuegos se apelotonaban cientos de barbilampiños soldados que escuchaban con una atención casi infantil a la vez que esbozaban sonrisas a uno de los generales gritaba todo lo que podía un discurso del que entendí solo tres palabras: “raza”, “enemigo” y “victoria”. Cada vez que decía esta última todos los que habían a su alrededor prorrumpían en gritos, los cuales no entendía.

Me fui a mi tienda e intente conciliar el sueño. No me resultó difícil.

Día 2: A los túneles.

Me escogieron finalmente para ir a trabajar a las líneas subterráneas que cruzarían el campo de batalla. He de confesar que me alivié al saberlo. No quería, al menos de momento, ir a las trincheras. Ya había estado 2 meses metido allí junto con otros trescientos soldados, y no era nada agradable. Aun así, la tarea que se me asignaba distaba mucho de ser una bendición celestial.

Nos trasladaron a todo el batallón hacía el término del bosque, dónde bajamos y nos dirigimos hacía la boca de un túnel, dónde cientos de chicos y algún que otro experimentado como yo hacían filas para bajar.

Olía a rata muerta y el polvo, en cuestión de minutos, nos cubría enteros. Escribo esto a punto de dormir. Han sido 18 horas de trabajo, me lo he ganado a pulso.


miralba433: gracias
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