¿Es lo mismo ¨Tener la necesidad ¨de saber o conocer que ¨desear ¨ saber o conocer ?
Es urgente, lo necesito antes del día 20!!!
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las diferencias entre querer y desear
No, querer y desear no son lo mismo, aunque muchas personas crean que tienen el mismo significado. Veamos de qué manera los podemos distinguir en el día a día de una manera sencilla de entender.
1. El deseo surge de la pérdida
Cuando deseamos algo, lo hacemos desde una tensión o malestar que surge por el hecho de que hay algo que falta en nuestras vidas (o que por lo menos percibimos como ausente a pesar de que debería formar parte de nuestra cotidianidad).
Una manera fácil de entender esta diferencia entre querer y desear puede ser compararla con el duelo, en el que sentimos tristeza y ansiedad ante la pérdida de algo que era significativo para nosotros.
Por supuesto, el duelo es algo muy intenso que asociamos inequívocamente al malestar, no como en el deseo; pero en ambos fenómenos psicológicos aparece la noción de que algo debería estar ahí y a pesar de eso no está.
En cambio, cuando queremos algo esta característica no está presente; es muy común querer algo que jamás nos habíamos imaginado que llegaría a interesarnos.
2. El querer responde a una estrategia simple, el deseo a una compleja
Al desear algo, solemos elaborar estrategias relativamente estructuradas y complejas para llegar a esa meta, dado que entendemos que para conseguir eso necesitamos invertir en ello una cantidad de tiempo, esfuerzos y recursos significativos.
3. El deseo es autobiográfico
Dado que la compraventa es el proceso clásico por el cual obtenemos bienes y servicios concretos y relativamente fáciles de describir y de entender, muchas veces cuando queremos algo automáticamente pensamos en la manera de llegar a ello mediante un solo paso: la transacción económica en el mercado.
A su vez, en el mercado la inmensa mayoría de productos son producidos en serie, para cubrir una necesidad objetiva y que es compartida por muchas personas.
Si lo que quisiésemos fuese en realidad un objeto de deseo, sería mucho más difícil encontrarlo tal y como lo necesitamos, dado que debemos llenar un vacío cuya razón de ser es aquello por lo que hemos pasado a lo largo de nuestras vidas.
El deseo es algo mucho más único, perteneciente a cada individuo, mientras que el querer no lo es tanto, y es por ello que un simple anuncio de publicidad puede despertar el mismo interés en miles de personas provenientes de contextos socioeconómicos muy diferentes.