¿Es ético y moral, que la UNO y su mayor financiador
apoye la reducción de la población mundial?
Respuestas a la pregunta
La mayoría de los análisis sobre los efectos y las propuestas para enfrentar los problemas del crecimiento de la población, suelen encontrarse en el campo de la demografía, la salud pública y la economía, pero escasean en el dominio de la ética. En este trabajo se ha escogido realizar las reflexiones desde el campo de la ética, por permitir un análisis más abarcador y poder valorar las implicaciones colectivas, individuales, biológicas, psicológicas y morales de los planteamientos de las demás disciplinas.
Las dimensiones que han tomado los problemas derivados del crecimiento de la población, constituyen el primer indicador de que la respuesta de los gobiernos y los logros obtenidos hasta el final de siglo no se corresponden con los esfuerzos y buenas intenciones de los que buscan solución a estos problemas. Según informe del FNUAP,1 en octubre del 99 la población del planeta debió alcanzar la cifra de 6 000 millones de personas y se incrementa a razón de 78 millones por año, y en un informe sobre desarrollo humano del PNUD2 se reconoce que la pobreza humana afecta a una cuarta parte de la población del mundo en desarrollo y la pobreza de ingreso afecta a un tercio. Como es evidente la magnitud del problema lo ha convertido, además de en una emergencia, en un problema moral.