es el mas santo cariño aquello que mas se adora por el anciano llora por ella sonrie el niño (analicis de la estrofa dos de la patria
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los pueblos se conocen cantando. Se reconocen en sus coplas que ion lengua de su corazón, medida de su alma y camino fecundo de su genio creador..
Con el cantar popular, el guaso o el montuvio, el llanero o el "pue- ta", cuentan sus penas de amor, sus alegrías más plenas y su dolor más profundo. Su ira antt la injusticia, su picardía que alegra el hambre, y su anhelo infinito de libertad frente a un mundo que le permite vivir de ilusiones siempre matizadas con temor:
"Porque miro para el cielo las estrellas tienen celos Pensarán las estrellitas que les quito los luceros"
El cantor nunca olvida que su canto es para todos. No reconoce fronteras ni barreras de linaje. Donde encuentra "el ambiente", allí se queda la copla, se enraiza y difunde su lección "más principal":
"Procura tú que tus cantos vayan al pueblo a parar; aunque dejen -dé-ser tuyos para ser de los demás".
Y así la poesía popular, casi siempre acompañada por la música, se refleja como alta manifestación cultural y la de mayor difusión entre las expresiones artísticas del hombre.
Vuela de boca en boca. Y en la fiesta o la reunión de amigos inspi- rados, salta firme y desafiante: •
"Yo no soy cantqr letrado, más si me pongo a cantar no tengo cuando acabar y me envejezco cantando... " las coplas me van brotando como agua del manantial".
Se suaviza, se hace dulce, se transforma en el rumor mas preciado a los oídos de la mujer pretendida y, entre burlón y gracioso, se convierte en piropo callejero:
"Yo quisiera ser cartera, mi bonita, a que me lleve de la oreja".
Gracia, pasión, elegancia, distinción, estilo y donaire, todo encierra la poesía popular que recorre los caminos de la sub-región andina, cuyos poetas hacen de todo una canción, y
"que al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de gloria se gana de eternidad". >
Y esta poesía popular que es grito, canción, testimonio y espe- ranza, que a veces canta al amor y otras impreca a la suerte; que es llanto, susurro y gemido que va cantando a la vida y al mismo tiempo a la muerte; la entrega el IADAP ahora, en dos tomos, gracias adestaca- dos intelectuales de los países signatarios del Convenio "Andrés Bello", para quienes, en nombre del Consejo Directivo del Instituto, la Direc-
Explicación:
pero me das corona