Érase una vez un pueblo remoto que padeció un invierno muy malo y tormentoso. Llovió tanto que la pequeña presa del valle se rompió y el pueblo comenzó a inundarse. El agua cubría ya los escalones de la iglesia cuando pasó un barquito: “Padre Tobías, véngase con nosotros”, dijeron los de la lancha al cura. “No, hermanos, no hace falta; yo soy un hombre de Dios y he dedicado mi vida a Su Servicio. Estoy seguro de que Él no permitirá que me ahogue”, respondió el sacerdote, que era un hombre conocido en todo el valle por su enorme fe. El bote se fue y el agua siguió subiendo. Rozaba ya los nidos de golondrina del alero y el sacerdote tuvo que sentarse sobre el tejado. Pasó otro barquito por delante: “Padre Tobías, véngase con nosotros”. El cura volvió a negarse: “No, hermanos, no hace falta, yo soy un hombre de Dios y Él no permitirá que me ahogue”. De modo que los visitantes se marcharon y la inundación siguió su curso. El agua iba por mitad de la torre y el cura se había tenido que subir al campanario cuando apareció un tercer barquito: “Mire que somos los últimos, padre. Será mejor que venga con nosotros”, le exhortaron. Pero el sacerdote volvió a hacer profesión de fe en la providencia divina y se quedó. La lancha se alejó, el agua siguió subiendo y el cura se ahogó. Entonces, el alma del sacerdote, mojada y enfurecida, acudió a todo correr a las puertas del Más Allá. Se saltó las largas colas de muertos recientes y se plantó delante del arcángel portero. “¡Vengo a reclamar, estoy indignado!”, rugió el sacerdote: “¡Yo soy el padre Tobías, soy un hombre de Dios, estoy seguro de que Él no me ha abandonado y sin embargo me he ahogado, quiero saber quién es el responsable de este error!”. “Permítame que consulte los libros”, contestó el arcángel, que ya estaba acostumbrado a escuchar ese tipo de quejas. Y pasó hoja tras hoja del inmenso volumen hasta que encontró el nombre de Tobías: “Ah, no, mire usted, aquí pone que le hemos enviado tres barquitos, pero que usted no ha querido subir en ninguno”. -Cual es la idea principal y su moraleja??
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El padre tobias confiaba en que dios en persona lo iba a salvar pero no obstante dios no se presentó en forma y materia su no se presentó en forma de otras personas
Esto nos demuestra que dios se materializa en las personas a las que amamos
Esto nos demuestra que dios se materializa en las personas a las que amamos
eligonzalez91:
Esto que es la idea principal o la moraleja?
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