Érase una vez, un leñador humilde y bueno, que después de trabajar
todo el día en el campo, regresaba a casa a reunirse con los suyos. Por
el camino, se dispuso a cruzar un puente pequeño, cuando de repente,
se cayó su hacha en el río.
“¿Cómo haré ahora para trabajar y poder dar de comer a mis hijos?”
exclamaba angustiado y preocupado el leñador. Entonces, ante los ojos
del pobre hombre apareció desde el fondo del río una ninfa hermosa y
centelleante. “No te lamentes buen hombre. Traeré devuelta tu hacha
en este instante” le dijo la criatura mágica al leñador, y se sumergió
rápidamente en las aguas del río.
Poco después, la ninfa reapareció con un hacha de oro para mostrarle
al leñador, pero este contestó que esa no era su hacha. Nuevamente, la
ninfa se sumergió en el río y trajo un hacha de plata entre sus manos.
“No. Esa tampoco es mi hacha” dijo el leñador con voz penosa.
Al tercer intento de la ninfa, apareció con un hacha de hierro. “¡Esa sí
es mi hacha! Muchas gracias” gritó el leñador con profunda alegría.
Pero la ninfa quiso premiarlo por no haber dicho mentiras, y le dijo “Te
regalaré además las dos hachas de oro y de plata por haber sido tan
honrado”.
TAREA
Responde las siguientes preguntas.
¿Qué pasó al cruzar el puente?
¿Qué apareció en el río?
¿Qué le regaló la ninfa al leñador?
ayudaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
rositacampananieto:
uyudaa es para hory
Respuestas a la pregunta
Contestado por
1
Respuesta:
1- Se le cayó el hacha que llevaba el leñador.
2- Una ninfa.
3- Una hacha de oro y otra de plata, que ya había sacado del río anteriormente.
Explicación:
Ahí mismo en el texto lo dice
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