Érase una vez seis sabios hombres que vivían en una pequeña aldea. Los seis eran ciegos. Un día, alguien llevó un elefante a la aldea. Ante tamaña situación, los seis hombres buscaron la manera de saber cómo era un elefante, ya que no lo podían ver.
– Ya lo sé -dijo uno de ellos-. ¡Palpémoslo!
– Buena idea -dijeron los demás-. Así sabremos cómo es un elefante.
Dicho y hecho. El primero palpó una de las grandes orejas del elefante. La tocaba lentamente hacia delante y hacia atrás.
– El elefante es como un gran abanico -dijo el primer sabio.
El segundo, tanteando las patas del elefante, exclamó: “¡es como un árbol!”.
– Ambos estáis equivocados -dijo el tercer sabio y, tras examinar la cola del elefante exclamó-. ¡El elefante es como una soga!
Justamente entonces, el cuarto sabio que estaba palpando los colmillos bramó: ¡el elefante es como una lanza!
– ¡No!, ¡no! -gritó el quinto-. Es como un alto muro (el quinto sabio había estado palpando el costado del elefante).
El sexto sabio esperó hasta el final y, teniendo cogida con la mano la trompa del elefante dijo: “estáis todos equivocados, el elefante es como una serpiente”.
– No, no. Como una soga.
– Serpiente.
– Un muro.
– Estáis equivocados.
– Estoy en lo cierto.
– ¡Que no!
Los seis hombres se ensalzaron en una interminable discusión durante horas, sin ponerse de acuerdo sobre cómo era el elefante.
Preguntas:
¿Por que se generan diferencias entre los sabios?
¿Cómo le harías para que los sabios "amplíen su perspectiva" y lleguen a un acuerdo?
¿En que se parece esta narración a las situaciones que vivimos a diario?
Formación cívica y ética.
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lo siento mucho no tengo tiempo
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