¿era necesario que la revolución se expandiera al resto del virreynaro? justifica
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A principios del año 1981, cuando era un alumno de bachillerato, alquilamos con
un grupo de estudiantes, intelectuales y trabajadores un bus para trasladarnos
al municipio del Socorro (Departamento de Santander en la República de
Colombia) para asistir a la conmemoración de los 200 años de la revolución
comunera de 1781, cuyo epicentro fue ese municipio. Al igual que nosotros,
decenas de vehículos de diversos sitios del país hicieron lo mismo. Miles de
campesinos y habitantes de la antigua región de Guanentá (lo que hoy es
aproximadamente Santander) caminaron varias jornadas para llegar a la plaza
central del Socorro. A cada paso el ejército paraba nuestro transporte. La
revolución comunera despertaba suspicacia por un lado y fervor por el otro. La
versión oficial era que el comunero había sido tan sólo un movimiento
preparatorio para la independencia de Colombia del Estado español, la hija
menor de ésta. En la plaza central del Socorro se había erigido un monumento
en honor al campesino y capitán comunero José Antonio Galán, y a unos pocos
pasos en los escalones de la iglesia central los actores del Teatro Libre de
Bogotá escenificaban los principales acontecimientos ocurridos en la Villa del
Socorro en el año 1781. Era una adaptación teatral del libro del historiador
colombiano Germán Arciniegas intitulado Los Comuneros. La mayoría de
oradores comparaban la situación presente de Colombia con la existente en
1781 y algunos proclamaron que, ante los pocos cambios ocurridos en dos
siglos, era necesaria una segunda independencia nacional.
Explicación:
La más reciente historiografía sobre la revolución de 1781 en la Nueva Granada
(Colombia) afirma que ésta fue una revolución “tradicionalista” que no buscó una
ruptura con el pasado colonial ni la independencia de España. Esta conclusión
es el resultado de una perspectiva estática y unilateral que enfatiza más en la
continuidad que en los cambios, y supone que la historia de las sociedades la
hacen, solamente, las élites. Tras una nueva revisión de las fuentes
documentales, de la reciente historia económica y social y de la teoría económica
se concluye que la revolución de 1781 fue básicamente campesina y plebeya y
que registró importantes rasgos de una revolución moderna. La revolución se
presentó en un contexto de amplios cambios económicos y sociales en la Nueva
Granada y en la política de la Corona española. Los plebeyos tuvieron la
capacidad de convocar a todos los sectores de la sociedad neogranadina,
incluso a las élites burocráticas del Estado colonial, en un proyecto común. En el
proceso, emergieron los más diversos intereses y aspiraciones de los grupos
sociales pero las facciones que contaron con un mayor grado de organización
política y militar terminaron por imponerse.
Palabras claves: gobierno por colaboración, Nueva Planta, rent seeking,
crecimiento económico, campesinos, tejedores, comuneros, economía moral,
dinámica, revolución.