Era el río más extenso que podía haber. En sus afluentes se dibujaban diferentes ramas, todas en direcciones diferentes, hasta formar un gran árbol.
Dos altas y robustas cadenas de montañas envolvían el gran río por cada lado, haciendo que quedara protegido. En las cimas de esas cadenas de montañas, se veía el Sol empezando a ponerse, y el río oscureciéndose poco a poco.
Los pájaros revoloteaban por encima, posándose cada cierto rato para beber el agua y, de nuevo, volvían a agitar sus alas con fuerza para seguir su camino.
Ya en plena noche, solo los ruidos de los grillos y otros pequeños animales de por alrededor, sonaban en la oscuridad.
Era el río más extenso que podía haber. Sus afluentes dibujaban alocados muchas ramas en diversas direcciones, buscando así, formar un árbol.
Dos altas y robustas cadenas de montañas, juntas entre sí, intentaban no separarse para hacer que el río se sintiera protegido por cada lado. En las cabezas de esas cadenas de montañas, empezaba a ponerse el Sol y el río, tranquilo y cansado del largo día, se oscurecía poco a poco.
Los pájaros, sedientos, revoloteaban con sus alas de oro por encima del gran río, planeando con cuidado cada cierto rato, para beber agua y, de nuevo, se alzaban con fuerza pensando en el largo camino que les quedaba por recorrer.
Ya en plena noche, solo los ronquidos y bostezos de algunos indefensos animalitos, se escuchaban en la oscuridad.
A) Subrayar las expresiones que te permiten identificar la descripción subjetiva.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Era el río más extenso que podía haber. En sus afluentes se dibujaban diferentes ramas, todas en direcciones diferentes, hasta formar un gran árbol.
Dos altas y robustas cadenas de montañas envolvían el gran río por cada lado, haciendo que quedara protegido. En las cimas de esas cadenas de montañas, se veía el Sol empezando a ponerse, y el río oscureciéndose poco a poco.
Los pájaros revoloteaban por encima, posándose cada cierto rato para beber el agua y, de nuevo, volvían a agitar sus alas con fuerza para seguir su camino.
Ya en plena noche, solo los ruidos de los grillos y otros pequeños animales de por alrededor, sonaban en la oscuridad.
Era el río más extenso que podía haber. Sus afluentes dibujaban alocados muchas ramas en diversas direcciones, buscando así, formar un árbol.
Dos altas y robustas cadenas de montañas, juntas entre sí, intentaban no separarse para hacer que el río se sintiera protegido por cada lado. En las cabezas de esas cadenas de montañas, empezaba a ponerse el Sol y el río, tranquilo y cansado del largo día, se oscurecía poco a poco.
Los pájaros, sedientos, revoloteaban con sus alas de oro por encima del gran río, planeando con cuidado cada cierto rato, para beber agua y, de nuevo, se alzaban con fuerza pensando en el largo camino que les quedaba por recorrer.
Ya en plena noche, solo los ronquidos y bostezos de algunos indefensos animalitos, se escuchaban en la oscuridad.
Explicación:
He copiado y pegado el texto. Después he subrayado las expresiones que creo que indican que el texto es subjetivo.