Enumera y explica los aspectos que desencadenaron la crisis del imperio ruso
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AGRADECELE A EL ----DuNtahi
En agosto de 1914, en Prusia Oriental, Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff detuvieron una invasión rusa que parecía imparable.
Los generales rusos no podían explicar su fracaso. Un día antes de que la batalla terminara, Alexandr Samsonov se suicidó de un disparo en la cabeza. Los alemanes bautizaron su victoria como la batalla de Tannenberg, para olvidar una derrota medieval ante el eterno enemigo eslavo.
2. El monje y la alemana
Cuando Nicolás partió al frente, dejó a su esposa, Alejandra Fiódorovna Románova, a cargo del gobierno. Fue un error. De septiembre de 1915 a febrero de 1917 se sucedieron cuatro primeros ministros, cinco del Interior, tres de la Guerra... La zarina los cambiaba de forma caprichosa. Alejandra tenía 43 años, cuatro hijas y un frágil hijo, Alekséi, el zarévich. La hemofilia del niño había llevado a la zarina a acoger en la corte, tres años antes, a un monje siberiano de siniestra apariencia, Rasputín3. Abajo la autocracia
«¡Pan! ¡Pan! ¡Pan!», gritaban unas siete mil obreras que recorrían la avenida principal de Petrogrado. Pronto se les unieron más mujeres y hombres para exigir un pan casi imposible de encontrar. Ese jueves 23 de febrero de 1917 los cosacos no intentaron disolver la protesta.
Viendo que los cosacos no intervenían, varios miles de hombres se unieron a la manifestación. Muchos eran obreros de la fundición de acero Putílov, la más grande de Rusia, que había cerrado por falta de combustible.4. El tren de Lenin
La caída del zar sorprendió a Irakli Tsereteli a 8.000 kilómetros de Petrogrado, en una aldea siberiana cercana a Irkutsk, donde vivía desterrado por sus ideas socialistas. Anatoli Lunacharski estaba en París. Trotski, Bujarin y Aleksandra Kolontái, en Nueva York. Lenin, en Zúrich.
Los alemanes convirtieron a Lenin en un arma. Sabían que no pararía hasta conseguir que Rusia saliera de la guerra. Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, estaba a punto de cumplir los 47 años. Toda su vida la había dedicado a predicar la revolución. Para Lenin, la caída del zar solo era el primer paso para la dictadura del proletariado.5. La fragilidad de la República
El jueves 23 de marzo, los habitantes de Petrogrado se reunieron para homenajear a los héroes muertos en la revolución. Obreros, soldados y burgueses demostraron que aún estaban unidos. La Rusia que celebraba a sus héroes revolucionarios había pasado en unas semanas de ser la autocracia más represora de Europa a convertirse, en palabras de Orlando Figes, en «el país más libre del mundo».6. El golpe bolchevique
La noche del 10 de octubre de 1917, en la casa de una maestra –Galina Flakserman, veterana bolchevique–, se reunieron 12 de los 21 miembros del Comité Central bolchevique. Diez de ellos votaron a favor de la insurrección armada. Solo Lev Kámenev y Grigori Zinóviev se opusieron.
El 18, una semana antes del golpe, Kámenev advirtió a Kérensky del golpe a través de unas líneas en el periódico de Gorki. Pero el presidente ignoró el peligro. Es más, Kérensky subestimó tanto a los bolcheviques que decidió transferir el núcleo de la guarnición de Petrogrado al frente.7. Ni guerra ni paz
Lenin ordenó a Trotski que estirara al máximo las negociaciones con los alemanes. “No hay duda de que será una paz vergonzosa –anuncia al Comité Central bolchevique el 11 de enero de 1918–, pero si nos embarcamos en una guerra nuestro gobierno será barrido”.
Maestro de la retórica, Trotski llevó su lema «Ni guerra ni paz» al máximo.
El 9 de febrero, Alemania firmó la paz con Ucrania y exigió a Rusia su rendición. Ese día Trotski se sacó de la chistera su último truco: admitía la derrota, ¡pero se negaba a firmar la paz!8. El fin de los Romanov
Nicolás II se sintió liberado cuando perdió el poder. Tras su abdicación, el Gobierno Provisional recluyó a la familia imperial en Tsárskoye Seló. El último zar dedicaba sus días a cortar leña, remar, a jugar al tenis, al dominó...
El Gobierno Provisional tanteó exiliar a la familia a Reino Unido, pero Jorge V –primo del zar de asombroso parecido– retiró su oferta por temor a la reacción de los laboristas británicos. A mediados de agosto, Kérensky ordenó el traslado de los Romanov a Tobolsk, en Siberia.
Trotski quería juzgar en Moscú al zar por sus crímenes contra el pueblo, como hicieron los revolucionarios franceses con Luis XVI.9. De la utopía al terror
Fanny Kaplan, una joven eserista, intentó matar a Lenin. La tarde del 30 de agosto de 1918, Kaplan burló a los guardaespaldas del líder bolchevique y disparó tres veces contra él. Su primer disparo falló. El segundo alcanzó a Lenin en el cuello. El tercero le atravesó el pulmón izquierdo. Pese a la gravedad de sus heridas, Lenin se recuperó rápidamente.
Fanny Kaplan fue ejecutada sin juicio. El 4 y el 5 de septiembre, dos decretos de los comisarios de Interior y Justicia iniciaron el llamado Terror Rojo. Miles de eseristas fueron detenidos, pero también burgueses y oficiales