Física, pregunta formulada por miau201690, hace 24 días

Entre cuáles temperaturas se deberia de encontrar la hipotètica región de Mercurio donde hubiese agua líquida?

Respuestas a la pregunta

Contestado por macocaam3020237
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Respuesta:

Mercurio es el planeta más cercano al Sol. De hecho, se encuentra solo a 58 millones de km, tres veces más cerca del astro rey que la Tierra. Por eso, las temperaturas alcanzan allí valores realmente infernales: hasta los 450 grados en su ecuador. A pesar de eso, la sonda Messenger, de la NASA, acaba de aportar pruebas inequívocas de la existencia de una gran cantidad de hielo en el planeta, oculto en el interior de profundos y oscuros cráteres en su polo norte. Un hielo que, además, está cubierto de compuestos orgánicos.

No es solo uno, sino tres los estudios publicados hoy en Science los que revelan este descubrimiento sensacional y que parece, en principio, al margen de toda lógica: el primer análisis, para el que se utilizó el espectrómetro de neutrones de la Messenger, midió un exceso de hidrógeno en el polo norte del planeta; el segundo se centró en la reflectancia (la capacidad de reflejar luz) de los depósitos polares de Mercurio en una longitud de onda cercana al infrarrojo; y el tercero llevó a cabo el primer modelo detallado de las temperaturas superficiales del planeta, utilizando los datos topográficos que desde hace ya un año está recogiendo la nave.

Las conclusiones son abrumadoras: en Mercurio hay agua en abundancia, y ésta se conserva en forma de hielo.

Dada su proximidad al Sol, Mercurio podría parecer el lugar más improbable del Sistema Solar para un hallazgo semejante. Sin embargo, y debido a que la inclinación de su eje de rotación es de menos de un grado, existen regiones enteras (en las zonas polares) que no reciben nunca la luz del Sol. En esas áreas las temperaturas descienden hasta los 185 grados bajo cero. Desde hace ya varias décadas los investigadores consideran la idea de que podría haber hielo de agua (y otros volátiles) confinados allí. Pero hasta ahora se trataba solo de una teoría.

La idea, sin embargo, recibió un gran impulso en 1991, cuando el telescopio de Arecibo, en Puerto Rico, detectó unas extrañas y brillantes manchas de radar precisamente en los polos de Mercurio. Manchas que reflejaban la luz de la misma forma en que lo haría el hielo. La mayor parte de esas manchas, además, procedían precisamente de una región que había sido fotografiada dos décadas antes, en los años 70, por la sonda Mariner 10. Una región llena de profundos cráteres de impacto. Desafortunadamente, durante su misión la Mariner sólo pudo ver menos de la mitad del planeta. Sus datos eran demasiado fragmentarios como para sacar conclusiones sólidas.

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