Castellano, pregunta formulada por engroo, hace 4 meses

ensayo sobre todo lo referente sobre el ensayo en venezuela

Respuestas a la pregunta

Contestado por maribelbol1012
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signosis

Cuando buscamos el significado de la palabra ensayo en el Diccionario de la Real Academia Española, aparece una definición que nos dice: “Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito”.

Esta definición es consistente con el carácter informal y de trabajo en proceso (lo que los sajones llamarían work in progress) que caracteriza a las obras que uno podría clasificar en este género. El ensayo sería entonces un género literario en que las piezas susceptibles de ser clasificadas como tales pudieran concebirse como una fotografía de la actividad del pensamiento. Pero no una fotografía  hecha por un amateur tomada como una instantánea, sino algo más y mejor estructurado. Más bien como una fotografía hecha por un profesional. Con planeación, con una lógica, con imaginación. E incluso con armonía y belleza, la de las palabras y las figuras de la lengua que se pueden construir con ellas.

El autor de un buen ensayo avanzaría en el texto a lo largo de una ruta poco lineal, más bien meándrica, como la de un río que corre por un terreno plano, en el que los ligeros declives (colinas o montículos) en el terreno, han trazado, con la lógica de azar y necesidad con que hace las cosas la naturaleza, el cauce sinuoso.

El ensayo ideal sería aquel en el que el lector puede acompañar al autor (porque éste no los ha borrado) por caminos que el autor al final desecha porque no conducen a ningún lugar, y son como calles ciegas. Es decir, un ensayo que ha dejado las huellas (que de algún modo revela las costuras) del proceso original del pensamiento del autor, es un hermoso ejemplo de este género. Y sin embargo, con esto no quiero decir que un ensayo no pueda o deba (por culpa de este desideratum de honestidad, de transparencia, por así decirlo) buscar verosimilitud, tal como lo hace el discurso del cuento o el de la novela, y construir en ocasiones destellos de ilusión, y hasta de suspenso, chispas que puedan dejar ciego al lector, arrojándole súbitamente al fondo de lo que éste pueda creer son pozos de lucidez enceguecedora. Porque el esclarecimiento súbito, a semejanza de la epifanía, asombra, crea perplejidad en aquel que lo experimenta.

Puedo jurarle a mis lectores que la lectura de un gran ensayo abre la mente, la puede cambiar totalmente, puede mostrarnos un mundo, o un ángulo del mundo que conocemos, que no creíamos que pudiera existir antes de leer ese ensayo. Y esto a causa de esa capacidad de los ensayos de funcionar como tegumento o goma que une y reúne y deja pegadas, por instantes o por años, ideas, conceptos, aspectos de la realidad que antes de leer el ensayo pensábamos no tenían conexión alguna. Me gusta esa metáfora entonces del ensayo como la tela de una araña.

Y pasa algo más con los grandes ensayos. Que están vivos. Porque, si queremos ser precisos, deberíamos decir que los ensayos, no son tanto la tela de la araña como la misma araña que teje esa tela. Uno mismo, luego de leer ciertos ensayos, se queda prolongando mentalmente los hilos que el ensayo que se acaba de leer mostró formaban parte de la misma tela, del mismo todo, del mismo sistema. Y al hacer este ejercicio mental, estamos prolongando el ensayo. Le damos nueva vida. Lo llevamos un poco más allá de esos puntos que su autor señaló y nos dijo que estaban conectados.

Contestado por zzarate679
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Respuesta:

en eso no te puedo alludar pero gracias por los puntos

que hay que aser

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