ensayo natalicio de la santísima virgen María
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tierra hermosa de Palestina, tierra bendecida y santificada con la presencia de Jesús, María,
José, Joaquín y Ana; sagrada familia a quien el Señor concedió la gloria de ser copartícipes de
la redención del mundo por el sacrificio de su Hijo, el Verbo humanado, yo te saludo desde
las páginas de este libro que pongo bajo el amparo y protección de la más pura de las mujeres,
María, Madre del Redentor y nuestro amparo y consuelo. Yo beso con veneración tu santo
nombre y el hermoso de la tierra que fue cuna del Salvador del mundo y de su santa Madre, y
tierra en la que se desenvolvió el más grande de los misterios de nuestra redención.
Y al estampar el nombre de Palestina, tan lleno de encanto y de sagrados recuerdos para el
católico, surge ante mi mente, bella, encantada con la sublime poesía del más grande de los
poemas, el de la redención del hombre por la participación de una Virgen en la que se realizó
el milagro anunciado por los profetas, voz del Señor Todopoderoso, y levantas en mi mente la
imagen embelesadora de la poesía de tus valles, el conjunto de tus montañas, el perfume de
tus flores, el aroma embriagador de tus azucenas, de tus rosas, cinamomos y limoneros. La
belleza de tu cielo, de tu lago de Tiberiades, mar de Galilea, siempre azul y sereno; el
plateado curso del Jordán rodeado de frondosas arboledas y de puras y sagradas aguas: el
torrente del Cedrón, con sus olivos seculares, árbol fecundo de la paz que acompañó al Señor
en su terrible agonía; el alto Líbano con sus majestuosos cedros, sus nevadas cumbres
envueltas en blancas nubes; el Carmelo con su elevada mole hundiéndose en el azul
Mediterráneo, el mar camino de toda civilización; sagrado monte en que vislumbró el profeta
en su éxtasis la imagen bella y radiante en nítida nube de la esperada por los pueblos, como
Madre pura y virginal del Salvador del mundo. Yo contemplo a Nazareth, la bella ciudad
escondida en el seno de un hermoso valle en que el nogal, la higuera, el naranjo y el granado,
esmaltan con sus diferentes verdes y rojos frutos, encanto de los ojos y placer del paladar,
como ofrenda a la ciudad en que pasó la niñez la siempre Virgen María, la Estrella del Mar, la
hermosa Miriam y la de su santo Hijo.
Explicación:espero te sirva