ensayo de la independencia de los continentes de america
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
No por azar, el más indefinido de los géneros literarios –el ensayo– ha sido tradicionalmente el más representativo e idóneo para reflejar la plural y compleja, cuando no contradictoria, realidad latinoamericana. Género incitante, polémico, paradójico, problemático, pero básicamente dialogante, el ensayo cubre una parte amplia del spectrum semántico de un continente que desde su incorporación al imaginario occidental ha provocado interrogantes y reflexiones.
Género utilizado para que los europeos reflexionaran sobre la singularidad del Nuevo Mundo –como hizo el propio Montaigne en sus famosos ensayos sobre la alteridad americana– esta nueva forma expresiva sirvió de inmediato a los americanos para conocerse e identificarse a sí mismos. En América Latina, aunque se pueda hablar de pre-ensayística en algunas páginas de las Crónicas de Indias, donde se mezcla la épica con la didáctica y se funda la personalidad y la conciencia histórica del continente, es en realidad con el pensamiento crítico de la Ilustración primero y luego en los idearios de la emancipación que el género refleja su mejor expresión.
Desde los primeros momentos de la Independencia americana son evidentes los esfuerzos por asegurar que a la emancipación política siga una mental. Se trata así de «inventar» un pensamiento «original» (Simón Rodríguez) y elaborar una filosofía propia y enraizada basada en las «necesidades» de cada época y cada país (Juan Bautista Alberdi), ajena a todo «vasallaje» (Esteban Echeverría) y reivindicando la autonomía cultural americana (Andrés Bello). La intervención aborda algunos de estos «modelos» de independencia de la escritura
Explicación:
No por azar, el más indefinido de los géneros literarios –el ensayo– ha sido tradicionalmente el más representativo e idóneo para reflejar la plural y compleja, cuando no contradictoria, realidad latinoamericana. Género incitante, polémico, paradójico, problemático, pero básicamente dialogante, el ensayo cubre una parte amplia del spectrum semántico de un continente que desde su incorporación al imaginario occidental ha provocado interrogantes y reflexiones.
Género utilizado para que los europeos reflexionaran sobre la singularidad del Nuevo Mundo –como hizo el propio Montaigne en sus famosos ensayos sobre la alteridad americana– esta nueva forma expresiva sirvió de inmediato a los americanos para conocerse e identificarse a sí mismos. En América Latina, aunque se pueda hablar de pre-ensayística en algunas páginas de las Crónicas de Indias, donde se mezcla la épica con la didáctica y se funda la personalidad y la conciencia histórica del continente, es en realidad con el pensamiento crítico de la Ilustración primero y luego en los idearios de la emancipación que el género refleja su mejor expresión.
Desde los primeros momentos de la Independencia americana son evidentes los esfuerzos por asegurar que a la emancipación política siga una mental. Se trata así de «inventar» un pensamiento «original» (Simón Rodríguez) y elaborar una filosofía propia y enraizada basada en las «necesidades» de cada época y cada país (Juan Bautista Alberdi), ajena a todo «vasallaje» (Esteban Echeverría) y reivindicando la autonomía cultural americana (Andrés Bello). La intervención aborda algunos de estos «modelos» de independencia de la escritura