Ensayo de ganadores y perdedores del sistema de gobierno socialismo del siglo xxi
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Fueron muchas las expectativas que surgieron y anidaron en los pueblos al calor de la propuesta del Socialismo del Siglo XXI. Al igual, también hubo innumerables cantidades de propuestas y ofertas de los propulsores de este "nuevo socialismo".
Lo primero en distinguir era la diferencia con el socialismo clásico y el socialismo real aplicado de manera dura e inmisericorde en los países del bloque soviético, con detalles como la violación sistemática de los derechos humanos y limpiezas étnicas y culturales como en China.
Es decir, se pasó de un sistema económico donde el socialismo es un modo de producción a un sistema político y de gobierno el cual terminó siendo más opresor que los regimenes que cuestinaban.
Ahora bien, cuando de política se trata, si un sistema de gobierno no cumple con el bienestar y la felicidad de sus ciudadanos terminan todos siendo perdedores, no haya ganadores. Pues no se puede considerar ganador alguien que asume el poder por tantos años y termina oprimiendo a su pueblo.
El socialismo del siglo XXI prometió separarse de las prácticas de tortura y violación de los derechos humanos y terminó haciendo eso, encarcelando a los opositores, generando fuertes migraciones de sus ciudadanos a otros países. Y fundamentalmente, acabando con la economía y las organizaciones empresariales. Ello genera desempleo y lo más grave, inflción o hiperinflcaión, hambre, cordones de miseria, empobrecimiento de las clases medias y de menos recursos.
Entonces no puede haber ganadores, pues no ha sido socialismo por que no ha dado respuesta a las necesidades ha profundizado las situaciones negativas y ha generado otras nuevas. Por el contrario se ha llegado a ideologizar, es decir se ha hecho lo que siempre ha cuestionado el socialismo, la ideologización con la simple y brutal estadía en el poder.
No ha ganado nadie, sólo algunos han adquirido riquezas, los nuevos ricos (aquellos famosos comite central). Los demás siguen siendo pobre. La población, el pueblo ha perdido nuevamente.
Lo primero en distinguir era la diferencia con el socialismo clásico y el socialismo real aplicado de manera dura e inmisericorde en los países del bloque soviético, con detalles como la violación sistemática de los derechos humanos y limpiezas étnicas y culturales como en China.
Es decir, se pasó de un sistema económico donde el socialismo es un modo de producción a un sistema político y de gobierno el cual terminó siendo más opresor que los regimenes que cuestinaban.
Ahora bien, cuando de política se trata, si un sistema de gobierno no cumple con el bienestar y la felicidad de sus ciudadanos terminan todos siendo perdedores, no haya ganadores. Pues no se puede considerar ganador alguien que asume el poder por tantos años y termina oprimiendo a su pueblo.
El socialismo del siglo XXI prometió separarse de las prácticas de tortura y violación de los derechos humanos y terminó haciendo eso, encarcelando a los opositores, generando fuertes migraciones de sus ciudadanos a otros países. Y fundamentalmente, acabando con la economía y las organizaciones empresariales. Ello genera desempleo y lo más grave, inflción o hiperinflcaión, hambre, cordones de miseria, empobrecimiento de las clases medias y de menos recursos.
Entonces no puede haber ganadores, pues no ha sido socialismo por que no ha dado respuesta a las necesidades ha profundizado las situaciones negativas y ha generado otras nuevas. Por el contrario se ha llegado a ideologizar, es decir se ha hecho lo que siempre ha cuestionado el socialismo, la ideologización con la simple y brutal estadía en el poder.
No ha ganado nadie, sólo algunos han adquirido riquezas, los nuevos ricos (aquellos famosos comite central). Los demás siguen siendo pobre. La población, el pueblo ha perdido nuevamente.
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