ensayo de 300 palabras sobre de los derechos del hombre y del cuidadano
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
E
l mejor momento para desmitificar cualquier utopía es cuando ésta se encuentra en crisis. ¿Son los derechos humanos un movimiento utópico? ¿Su
discurso se corresponde a esa pretensión? ¿Pueden los derechos humanos
ser un proyecto emancipatorio? Ciertamente, la modernidad es una época fértil
en utopías, incluidos los derechos humanos que han sido tardíamente una de
ellas y que son, hoy por hoy, una de sus expresiones paradigmáticas. No obstante, en esta segunda década del siglo XXI, ¿siguen siéndolo? En todo caso, si es
que lo son, lo que no hay es un consenso respecto de ello. Es más, teniendo a la
vista el debate contemporáneo de los derechos humanos, el acuerdo sobre su
carácter utópico resulta imposible, toda vez que no hay un consenso acerca de lo
que los derechos humanos son en realidad.
En todo caso, en un plazo históricamente breve el imaginario simbólico de la
(nueva) utopía emancipadora y humanista de los derechos humanos ha vivido su
cenit, su fracaso y ―acaso― ¿su crisis? Durante el último decenio del siglo XX y
lo que va del presente siglo, los derechos humanos se han convertido en lenguaje de una política emancipatoria. Como consecuencia de la crisis de los discursos
emancipatorios, simbolizada por el colapso de las utopías socialista y comunista,
el discurso de los derechos humanos no sólo ha reemplazado el vacío dejado por
la ausencia tanto de una política revolucionaria como de una reformista, sino
que, desde algunas perspectivas críticas, se ha reconstituido como un lenguaje
20 Ensayos Críticos de Derechos Humanos • Alán Arias Marín
de la resistencia y la emancipación, vinculado a los ensayos por desarrollar una
política progresista a principios del siglo XXI.3
De acuerdo con Boaventura de Sousa Santos, a partir del periodo de posguerra y, en particular, en las últimas tres décadas del siglo XX, ha surgido una nueva
cultura jurídica cosmopolita a partir de un entendimiento trasnacional del sufrimiento humano y de la opresión social.4 Dicha cultura ha evolucionado de forma
gradual hacia un régimen de derechos humanos, principalmente articulado por
la coalición de organizaciones no gubernamentales locales, nacionales y transnacionales, mismas que han creado el potencial para la globalización de la resistencia. De esta manera, los derechos humanos se han concebido como parte de una
más amplia constelación de luchas y discursos de resistencia y emancipación
frente a las muy diversas formas de opresión, explotación y dominación.
Por su parte, para Samuel Moyn,5 es incuestionable que el discurso de los derechos humanos se ha vuelto hegemónico en las condiciones del mundo globalizado, conformándose como el referente legal y valorativo de la gobernanza global. Sin embargo, una posición crítica tendría que proponerse explicar cómo es
que ha ocurrido esta transformación con la extraordinaria preponderancia adquirida en la segunda mitad del siglo XX.
Para Moyn resulta anacrónico, como lo hacen las corrientes hegemónicas del
discurso convencional de los derechos humanos, trasladar al siglo XVIII las características de su concepto moderno. Esto es, buscar las raíces y las fuentes de los
derechos humanos en las doctrinas de la Ilustración o, incluso, en los comienzos
del mundo de la posguerra, sería ―en su opinión― simplemente un error metodológico y político y cultural.
En cambio, el auge de los derechos humanos en tanto discurso de validez moral de alcances pretendidamente universales, sólo encuentra su sentido si abandonamos el intento de justificarlo a partir de un origen mitológico de raíces ancestrales. Así pues, la legitimidad del discurso de los derechos humanos tendría
un muy reciente surgimiento, de no hace más de cuarenta años. La profundidad
y potencia de los derechos humanos radicaría en su novedad. La verdadera bús
Explicación: