ensayo argumentativo de Benjamín Carrión
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
DAME CORONA
Explicación:
El quiteño Gustavo Salazar ha dedicado 25 años de su labor como bibliógrafo e investigador literario a analizar la obra completa del escritor lojano. El investigador literario y bibliógrafo Gustavo Salazar (Quito, 1966) pertenece a una generación que vio a la obra del escritor lojano Benjamín Carrión como una suerte de entelequia. Había lecturas que lo santificaban, que no lo interpelaban y que etiquetaban todo lo que había escrito como algo maravilloso. Pero también hubo quienes fungieron el rol de parricidas, criticaron el exceso de bondad en sus análisis literarios, y lo cuestionaron por ser un autor impresionista. Para determinar el sitio justo en la historia de la literatura nacional que se merece Carrión, alejado de los apasionamientos de ambos bandos, Salazar ha dedicado un cuarto de siglo de su trayectoria como investigador a estudiar el trabajo del autor de Cartas al Ecuador (1943). Este recorrido inició en 1991, cuando le encargaron elaborar la catalogación, archivo y avalúo de la biblioteca de Benjamín Carrión. Luego, hace 20 años, aparecieron progresivamente estudios con su prólogo, selección y notas, entre ellos: Correspondencia I: Cartas a Benjamín (Quito, 1995); Benjamín Carrión: un rastreo bibliográfico (Quito, 1998); La suave patria y otros textos de Benjamín Carrión (Quito, 1998); y La patria en tono menor, ensayos escogidos de Benjamín Carrión (México, 2001). Este último libro fue publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) junto con la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y presentado la semana anterior por Gustavo Salazar, en el auditorio Carlos Fuentes. Su objetivo al armar esa antología de ensayos era situar a Carrión como un escritor, y no como el antropólogo, sociólogo, filósofo o pensador que su generación estaba acostumbrada a nombrarlo. “Mi acercamiento a la obra de Carrión era para ver a un excelente escritor que tenía una gran capacidad de reflexión, y que eso le permitió fluir en el ensayo, el cual era su gran aporte, dice Salazar. Desde que me involucré con su biblioteca he leído toda su obra. He tenido que leer hasta esa novela que por capricho Carrión sacó, Por qué Jesús no vuelve (1963). Una obra que seguramente solo la deben leer quienes hacen historia de la literatura o de la narrativa ecuatoriana, porque no es recomendable. Carrión no era poeta ni narrador. Escribió unos cuantos versos, un par de novelas, algunos cuentos, pero ventajosamente esas son algunas etapas que solamente quedarán para la historiografía de la literatura”.