encuesta sobre la vacuna contra el COVID-19
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Respuesta:
Las vacunas contra la COVID-19 protegen contra esta enfermedad porque inducen inmunidad contra el virus SARS-Cov-2 que la causa, es decir, reducen el riesgo de que de este cause síntomas y tenga consecuencias para la salud. La inmunidad, que ayuda a las personas vacunadas a luchar contra este virus en caso de infección, reduce la probabilidad de que lo contagien a otras personas y, por tanto, también protege a estas. Este fenómeno reviste especial importancia porque permite proteger a los grupos que corren más riesgo de presentar síntomas graves de la COVID-19, como los profesionales de la salud, los ancianos y las personas que presentan determinadas enfermedades.
Por lo general, las vacunas se prueban primero en adultos, y solo más tarde, cuando se ha demostrado que son seguras para los adultos, se evalúan en niños, ya que estos todavía están creciendo y se están desarrollando. Además, se ha visto que la COVID-19 es más grave y peligrosa entre las poblaciones de mayor edad. Ahora que se ha determinado que las vacunas son seguras para los adultos, se están estudiando en niños.
El Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE) de la OMS ha llegado a la conclusión de que la vacuna de Pfizer/BioNTech es apropiada para personas de 12 años en adelante. Esta vacuna se puede ofrecer a los niños de 12 a 15 años que corren un mayor riesgo de contraer una forma grave de COVID-19, junto con otros grupos prioritarios en la vacunación. Se están realizando pruebas de vacunas en niños, y la OMS actualizará sus recomendaciones cuando la evidencia o la situación epidemiológica justifiquen una modificación de la política.
Si bien el suministro de vacunas es limitado, la prioridad actual es vacunar a aquellas personas que corren un mayor riesgo de contraer una forma grave de la enfermedad y que, en muchos lugares del mundo, todavía no han sido vacunadas, a saber, las personas mayores, las que padecen afecciones crónicas y los trabajadores de la salud.
La mayoría de los niños presentan un riesgo bajo de contraer una forma grave de la enfermedad, y lo que se pretende al vacunarlos es sobre todo reducir la transmisión, lo que también se puede lograr mediante las siguientes medidas de salud pública: mantener la distancia de seguridad interpersonal, lavarse las manos con frecuencia, estornudar y toser en la parte interna del codo, llevar una mascarilla si ello es apropiado para la edad y evitar los espacios muy concurridos y mal ventilados.
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