encontrar 20 conectores en este texto en menos de media hora: Con vértigo aterrador avanza la pandemia de covid-19 en Bogotá y Medellín, las urbes más pobladas de Colombia. A mediados de junio, la capital del país sumaba promedios de 600 casos nuevos al día; a inicios de julio eran más de mil, y ahora pasan de 2.000. En cuanto a Medellín, hace poco era admirada aquí y en el exterior: con menos de 100 casos nuevos diarios un mes atrás, en la primera semana de julio pasó de 200 y ahora se aproxima a los 500, confirmando con ello que el virus puede tardar en llegar a una zona, pero que llega, llega. En este punto, urge examinar la disponibilidad de camas de cuidados intensivos en los hospitales de ambas ciudades. Con cerca de 60.000 contagios totales confirmados y casi 1.400 muertes, la capital se aproxima al pico con más del 90 % de sus 1.700 camas UCI ocupadas, buena parte de ellas con pacientes de coronavirus. Hay unas 140 camas disponibles, y el riesgo de saturación es alto: si el 1 % de los nuevos caso diarios van a UCI, en una semana quedaría copado el sistema. El caso de Medellín luce menos dramático, pero eso es engañoso, pues la capital paisa apenas comienza a ascender hacia el pico y, según el Minsalud, pronto estará sumando mil contagios nuevos diarios. Si Bogotá vive lo peor en estos días de julio, Medellín lo sufrirá en agosto. Lejos aún de tocar ese pico, la capital paisa tenía el viernes temprano una ocupación del 80 % de sus camas UCI y disponía de 140 para los pacientes que lleguen en estos días: para inicios de agosto, el sistema estaría al borde de la saturación. La situación es más delicada si cruzamos las camas UCI que la alcaldía de Medellín declaraba el viernes en la mañana (685) con las que el Minsalud certificaba a esas horas (611). Si la cifra correcta es la del ministerio, en los hospitales del municipio solo quedarían 70 camas, que se llenarían en pocos días. Según me explicó una fuente del Minsalud, la diferencia es que la alcaldía da por disponibles camas a las que aún les falta dotación (equipo electrónico y ventiladores debidamente probados), así como el personal de terapeutas entrenado, que es lo que más tarda. “Activar una cama UCI no es lo mismo que comprar un computador y conectarlo, es mucho más complejo”, explicó la fuente. COLEGIO ARBORIZADORA BAJA IED J.T Si hiciésemos todas las cosas de las que somos capaces, nos asombraríamos (Thomas Edison) Barranquilla, que vivió una horrenda pesadilla en junio y que, por fortuna, ya redujo sus muertes diarias a menos de un tercio de lo que marcó su pico, tuvo mucho menos tiempo de preparación. Gracias a que contaba con más camas UCI por habitante que las demás ciudades, y a que sumó unas 150 en esas semanas, superó la prueba: a fines de junio alcanzó una ocupación del 95 % de sus UCI, que esta semana bajó a menos de 80 %. Incluso, la red pública pudo atender sin afugias a una docena de pacientes llegados de Tasajera, Magdalena, a las UCI de la ciudad, tras la tragedia del incendio del camión cisterna el 6 de julio. El atraso de Bogotá y Medellín en camas UCI es claro: si tomamos las cifras de la alcaldía, Medellín tiene 242 camas por cada millón de habitantes. En cuanto a Bogotá, sus 1.700 camas significan 220 por cada millón de habitantes. Barranquilla las aventaja: con 625 camas, tiene más de 360 por cada millón de residentes del distrito. Las alcaldías de Bogotá y Medellín esperan aumentar sus camas UCI en las semanas venideras. Ojalá lo consigan. ¿Acaso se les hizo tarde? Tuvieron tres meses para prepararse, pues los niveles de contagio que hoy enfrentan estaban claros en las proyecciones del Minsalud. Quizás la alcaldesa Claudia López no haya debido dedicarse tanto a pelear con el presidente Iván Duque como a adquirir y activar camas UCI. En cuanto al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, se ilusionó con la idea de que la pandemia no golpearía a Medellín más que de manera leve. Y se equivoco
matiascanocastillo:
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más día poco atrás aquí y como, casi , pocos ;lejos,
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