En un espacio de una página del cuaderno agrégale más contenido narrativo a
la historia (Búsqueda) donde podrás aumentar 2 personajes diferentes y dos
espacios diferentes
El viaje continuó por una espesa selva entre los médanos. Sólo escuchábamos el
murmullo de los pantanos y el chapoteo de nuestros caballos. Al anochecer atamos las
bestias a un sauce gigantesco y nos cobijamos, Eleazar y yo, bajo un cielo de ramas
lánguidas. Allí me refirió la historia del lugar dominado por las ideas. Despertamos
envueltos en una niebla violácea que velaba el día y avanzamos hacia el sur. No
recuerdo cuántas leguas recorrimos hasta que dos montañas elevadísimas se
interpusieron en la ruta. En medio de ellas apenas distinguí una brumosa ciudad alzada
en los faldeos. Era gótica, púrpura y muy espigada. Es la ciudad de los pensamientos,
dijo Eleazar. Mientes, repuse, y la ciudad desapareció.
Respuestas a la pregunta
Respuesta
Es sencillo decir que la imaginación se basa y se almacena solamente en el cerebro, pero si les soy sincero no toda está perdida, hay una insignificante parte que se salva.
Las montañas, por ejemplo, fueron hechas por mi imaginación que en ese momento quería salir volando.
Un grito se interpone entre uno que otro de mis miles de pensamientos.
-Baja en este instante jovencito- grito mi Samanta, desde las escaleras, ella tiene la extraña sensación de que estoy loco.
Pero claro, obviamente, ahí no ha terminado está historia, sucede que el pasado viernes me acerque a la heladería que se encuentra al frente de mi casa, se encontraba ahi, la verdadera razón de mi locura Violete Stone, una damisela de buen porte con faldas sin flecos, lisa, al igual que su cabellos, hermosos cabellos rubios, y en las puntas de estos, ondeados como olas de mar.
Así como me oyen, quede completamente embobado, suspirando las miles de razones que existían en mi cabeza, "Violete, Violete, dulce Violete" era lo único que revoloteaba.
Centrándonos de nuevo en la historia, mi mejor amiga Samanta seguia gritando, estoy a punto de descender hacia la sala, por el pequeñísimo elevador que existe en el departamento, cuando Violete aparece al frente de mi con su sonrisa ladina, sumamente seductora, para mi, al menos.
-Hola Eleazar- musita la dulce dama.
Me quedo helado, completamente paralizado, pero finalmente consigo decir.
-Hola!- con una pequeña dosis de entusiasmo.
Ella se limita a reír por lo bajo y se despide dándome un beso en la mejilla, lo cual para mi duró minutos y horas, volviendo a a realidad solo duró 2 segundos.
Me encontraba, ahora si, en la habitación de Samantha, en su comedor para ser exactos, había comprado comida, exquisita.
Explicación:
LO SIENTO NO CONSEGUI ARRGLAR LOS ERRORES ORTOGRAFICOS, MI INTERNET ESTABA YÉNDOSE, PERO IGUAL, AHI TE DEJO LA RESPUESTAS.
SOLO HAY 2 ERRORES, ASÍ QUE SI PUEDES, LOS ARREGLAS.
ESPERO TE SIRVA, ADIÓS!