En un escenario de cambio climático ¿cuáles son las desventajas y la disminución en la variabilidad genética de una especie?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Uno de los problemas más importantes a los que actualmente se enfrenta la humanidad es el calentamiento global, que estaría propiciado principalmente por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, debido a la quema de combustibles fósiles. Dadas las graves consecuencias que puede tener este calentamiento, se están analizando extensamente los posibles efectos y respuestas que provocaría en los seres vivos.
Y aquí es donde se están tratando de utilizar los estudios genéticos para analizar estos posibles efectos, e incluso poder predecirlos y encontrar soluciones y paliativos. En particular, es interesante preguntarse si los efectos del cambio climático han llegado a lo más profundo de los organismos, es decir a los genes.
LA GENÉTICA CONTRA LAS EXTINCIONES
En la actualidad se están acelerando las tasas de extinción de los organismos, aunque este efecto no se puede atribuir únicamente al cambio climático, ya que contribuyen también otros factores (eliminación, reducción y alteración de hábitats, sobrepesca…etc.).
Las nuevas técnicas de la genética pueden ser muy útiles, no sólo para tratar de “revivir o resucitar” algunas especies ya extintas o en peligro de extinción (mediante su clonación a partir de material biológico bien conservado, como en el caso del mamut), sino para analizar un componente tan crítico para la supervivencia como es la variabilidad genética que presenta la población de una especie.
Así, se ha determinado, por ejemplo, que de las más de 64.000 especies de vertebrados estudiadas por la UICN en 2012, más del 10% están en peligro de extinción por el conjunto de factores ya mencionados; y de ellas, la mayoría presentan una reducción importante en su variabilidad genética. Es necesario tomar medidas para frenar este deterioro genético. Para ello, puede ser útil la utilización de diversas herramientas de la llamada genética de la conservación: reproducción in vitro de especies en peligro de extinción, congelación de embriones y óvulos, introducción de reproductores en poblaciones con pocos efectivos, bancos de ADN etc.
APRENDIENDO DE OTRAS MIGRACIONES
Afortunadamente, al margen de la intervención genética, los seres vivos presentan opciones para resistir al cambio climático sin extinguirse. Y aquí cabrían tres tipos de respuestas.
En primer lugar, la migración desde las zonas donde aumenta la temperatura hacia zonas más frías en latitud o altitud. Analizando diversos marcadores genéticos (segmentos de ADN con una ubicación física identificable) actuales de los organismos, se pueden ver los movimientos de colonización ocurridos tras el último periodo glacial (desde hace 12.500 años), como en el caso de muchos organismos marinos y terrestres.
También se han podido rastrear las migraciones que han tenido lugar después de la Pequeña Edad de Hielo, que duró desde la Edad Media hasta la mitad del siglo XIX. Esto es lo que sucedió, por ejemplo, con los zorros en islas del Norte de Europa. Incluso más recientemente, algunos estudios genéticos llevados a cabo en pieles de bacalao pescado durante el siglo XX, han sido útiles para analizar los procesos de migración en los mares de Groenlandia.
De todos estos estudios surgen ideas aplicables al mantenimiento y recuperación de las especies que migran como consecuencia del calentamiento hoy en día.
CAMBIO CLIMÁTICO: ACLIMATACIONES SÍ; ADAPTACIONES, QUIZÁS
Las otras dos respuestas de los organismos frente al calentamiento global son: la aclimatación y la adaptación.
Las técnicas de las llamadas “ómicas” derivadas de la genética (genómica, transcriptómica, proteómica…) comienzan a distinguir si los cambios fenotípicos (morfológicos, fisiológicos, de comportamiento…) que están ocurriendo en los organismos como consecuencia del cambio climático son aclimataciones (diferencias sólo en la cantidad de ciertos ARNs o/y proteínas), o si son adaptaciones (donde habrá también diferencias en el ADN y podrían aparecer nuevos tipos de ARNs o proteínas). De momento, la mayoría de las investigaciones ponen de manifiesto que los posibles cambios de los organismos frente al cambio climático son más bien aclimataciones, habiendo pocas evidencias de verdaderas adaptaciones
Basándose en esta conclusión provisional, algunos autores defienden que no existen todavía datos genéticos suficientes que apoyen la existencia de un calentamiento global contundente y sostenido en el tiempo. O sea, defienden que el calentamiento global, no es todavía un factor lo suficientemente fuerte como para seleccionar determinados variantes genéticos y producir verdaderas adaptaciones de la especie. Hasta ahora, el cambio climático sí habría determinado el cambio del funcionamiento de ciertos genes, es decir, aclimataciones de la especie al nuevo clima.
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