En qué usaban tanto la matemática y la física en el 25 de mayo en Argentina
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Para las medidas ,para calcular el tiempo,para saber cuanto pesa un animal
Explicación paso a paso:no se
Respuesta:
Física y Matemática en
el Virreinato del Río de
la Plata
Aún cuando el Cabildo Eclesiástico,
respondiendo una consulta de Vértiz
sobre “los medios de establecer escuelas
y estudios generales para la juventud”,
aconsejaba que “los profesores podrán
apartarse de Aristóteles y enseñar según
Cartesio o Newton” la enseñanza de
la física y matemática se mantuvo en
niveles elementales. Si bien las ideas de
Galileo entraban a los claustros, todavía seguían en el marco de la filosofía
escolástica, lejos de las formulaciones
matemáticas y las prácticas experimentales que fueron elementos centrales de
la revolución científica.
Siguiendo lo que sucedía en la metrópoli, donde los conocimientos más avanza
dos en matemática y física se impartían
en instituciones orientadas a formar
marinos y artilleros, Manuel Belgrano
creó la Escuela de Náutica en 1806, que
no sólo formaría marinos sino a jóvenes
preparados en el manejo matemático
que a decir de Belgrano “apenas hay
un objeto, sea natural, sea político, sea
económico que no reciba de esta ciencia
(… ) utilidades y provecho”.
En el discurso inaugural, Belgrano deja
en claro que el aspecto marítimo era
uno más entre las aplicaciones de la
matemática: “Máquinas para sembrar,
para regar, para cosechar las semillas
que alimentan, para desmenuzarlas y
dulcificarlas; máquinas para esquilar
los vellones, limpiarlos, hilarlos, darles
consistencia, colorido brillante y variado, textura fina y delicada; máquinas
para cerrar los montes, pulir las maderas, para levantarlas, para bajarlas, para
conducirlas. En una palabra: la obra
más preciosa que salió de la mano del
Eterno. Come, viste, vive, se regala a
beneficio de la matemática...”
Los avatares políticos le dieron corta vida
a La Academia de Náutica, pero con
otros nombres, instituciones similares
de corta vida volvieron a aparecer hasta
encontrar un lugar en la Universidad de
Buenos Aires, fundada en 1821.
Explicación paso a paso: