Biología, pregunta formulada por elpromax115, hace 3 meses

en que se párese la idea de ambos naturalistas sobre las jirafas​

Respuestas a la pregunta

Contestado por jennysescorcia
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Respuesta:

La imagen de un grupo de jirafas con el cuello estirado para alimentarse de las hojas de las ramas altas de una acacia en la sabana africana, es una estampa clásica que sigue usándose muchas veces para ilustrar las lecciones de evolución. La evolución de la jirafa desde un pequeño antílope del tamaño de un caballo que va ganando en altura, alargando sus patas y alzando su cuello hasta alcanzar la increíble altura de las jirafas actuales, es el esquema básico utilizado para explicar la teoría de la evolución de Jean-Baptiste Lamarck. Sin embargo el zoólogo francés nunca hizo uso de ese ejemplo para ilustrar su teoría de «la transmisión de los caracteres adquiridos», que suponía que las necesidades de alcanzar las altas hojas de las acacias, había creado el hábito de estirar el cuello, de manera que los individuos obtenían como resultado de dicho comportamiento un cuello más dilatado (algo así como la tradición china de constreñir y deformar los pies de las mujeres, o el estiramiento del cuello de las mujeres padaug de Birmania que para emular la elegancia de las jirafas se lo estiran mediante el uso de anillas), información que de alguna manera incorporarían a su dotación genética y transmitían a su descendencia. Con el tiempo, el pequeño antílope, empujado por la necesidad ambiental se habría convertido en una estilizada jirafa.

Incluso entre evolucionistas y científicos actuales sigue persistiendo la idea de que la jirafa, por sus peculiaridades, constituyó uno de los focos principales del conflicto generado entre las ideas lamarckianas y darwinianas.

No hace falta decir que el ejemplo de la jirafa es un modelo reiterativo en el sistema educativo y ampliamente propagado en la actualidad por internet. Muchos somos los que hemos crecido con diagramas de jirafas estirándose hasta alcanzar sus esbeltos cuellos en los libros de textos del colegio o el instituto. El problema que puede engendrar el uso de un modelo, uno especialmente gráfico como el mencionado, es que se corre el riesgo de reemplazar las ideas con imágenes que resultan persistentes. Hoy en día la imagen de una jirafa aparece casi ligada a Lamarck (Fig. 1). Siendo sorprendente el éxito suscitado por dicho ejemplo cuando el propio Lamarck en su libro Filosofía Zoológica, apenas le destinó a dicho animal un pequeño párrafo comparándolas con el avestruz. Es más, el ejemplo se suele poner como muestra de una teoría incorrecta, explicándose que más tarde Darwin refutaría el caso de la jirafa. Tanto es el error de esta idea en el sistema educativo, que incluso entre evolucionistas y científicos actuales sigue persistiendo la idea de que la jirafa, por sus peculiaridades, constituyó uno de los focos principales del conflicto generado entre las ideas lamarckianas y darwinianas. No es extraño así leer incluso en artículos recientes publicados en revistas de prestigio como Nature Communications lo siguiente:

«The origin of giraffe's iconic long neck and legs, which combine to elevate its stature to the tallest terrestrial animal, has intrigued mankind throughout recorded history and became a focal point of conflicting evolutionary theories proposed by Lamarck and Darwin» Agaba et al. (2016)

Fig. 1: Ejemplo de un libro de texto en el que se expone la teoría de Lamarck y de Darwin usando el ejemplo de estiramiento del cuello de las jirafas.

O incluso en la prestigiosa sección de divulgación científica de El País, Materia, esto otro al mencionar el estudio genómico anterior:

«Los dos pioneros de la evolución, el francés Jean-Baptiste Lamarck y el inglés Charles Darwin, usaron a la jirafa para explicar cómo evolucionaban las especies. A comienzos del siglo XIX, Lamarck, que postuló la heredabilidad de los caracteres adquiridos, sostuvo que las jirafas, en su afán por llegar a las hojas más altas, fueron alargando sus cuellos generación tras generación, un alargamiento que acabó por heredarse.

Años más tarde, Darwin le daría la vuelta: por azar, en cada generación algunas jirafas tendrían el cuello más largo, lo que les daría una ventaja adaptativa primando su éxito reproductivo, haciendo que, a la larga, todas las jirafas tuvieran cuellos largos.» Miguel Ángel Criado (El País, 18 Mayo 2016)

Explicación:

espero que te sievq

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