en que se convirtió Francia tras la aparición de napoleón
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Respuesta: Hola que tal 1797 recibió el mando del ejército francés en Italia, donde se llevaba a cabo un enfrentamiento contra Austria; la península fue el escenario de las primeras manifestaciones del gran genio militar de Napoleón. Las victorias de Arcole, Lodi y Rivoli obligaron a Austria a firmar el tratado de Campoflorido. Temerosos los políticos del Directorio de la ascensión napoleónica, aprobaron su proyecto de atacar el corazón de la ruta inglesa hacia Oriente; deseoso de emular a los grandes del pasado, Napoleón dirigió su expedición contra Egipto: ocupó Malta y Alejandría (junio, 1798) y venció definitivamente a los mamelucos en la batalla de las Pirámides. Pero el almirante Nelson consiguió destruir su flota, lo que le hacia prisionero de su triunfo y le incomunicaba con Francia. Llevó a cabo una brillante política de obras públicas y excavaciones arqueológicas (origen de la pasión europea por Egipto), atacó a los turcos en Siria y estuvo a punto de conquistar San Juan de Acre. Pero conocedor de las dificultades francesas en el continente, abandonó Egipto rompiendo el cerco inglés. En París y nombrado comandante de las tropas de la capital, Napoleón contempló la gran impopularidad del Directorio; lo que facilitó la preparación y el triunfo del golpe de estado que llevó a cabo el 18 de brumario (noviembre, 1799). Se fundó una República plebiscitaria cuyo ejecutivo quedaba en manos de un triunvirato (Bonaparte, Ducos y Sieyès); pero, como Primer Cónsul, Napoleón acabó acaparando el poder y fundando una dictadura militar que duraría quince años. La labor del Consulado fue extraordinaria: acabó con las guerras civiles que asolaban el Oeste francés, reorganizó la administración y dotó al estado de nuevas instituciones llamadas a tener una vigencia que alcanza el presente (Consejo de Estado, organización judicial, prefectos, códigos legislativos), favoreció él resurgimiento de la vida religiosa e hizo de la Iglesia un fiel colaborador de su obra (Concordato de 1801) e inauguró una administración financiera que acabó con el déficit crónico anterior. En el exterior, se enfrentó a la Segunda Coalición, a la que derrotó en las batallas de Marengo y Hohenlinden (junio y diciembre de 1800), alcanzando la Paz de Lunéville con Austria y la Paz de Amiens con Gran Bretaña, afectada en su comercio por las campañas y comprometida a devolver las colonias francesas que había ocupado.
La popularidad que le ofrecieron las paces interior y exterior permitieron a Bonaparte depurar el triunvirato, someter a las instituciones y hacer aprobar la Constitución del año X (agosto, 1802) que le nombraba Cónsul vitalicio permitiéndole elegir a su sucesor, lo que significaba la restauración monárquica de hecho. La desconfianza inglesa antes los planes expansionistas napoleónicos reavivaron la guerra; además de poner en marcha un programa de expansión colonial (Santo Domingo, Luisiana, India), en el centro de Europa Napoleón tutelaba una reordenación constitucional en su beneficio (fue nombrado presidente de la República Italiana, reorganizador de Alemania, tutor de la Confederación Helvética). Londres incitó varios complots que fracasaron, permitiendo la persecución de los opositores del Cónsul, que acabó consiguiendo la adhesión de antiguos revolucionarios. Esto fue aprovechado por Napoleón para establecer una monarquía militar hereditaria y proclamarse emperador, haciéndose coronar por el Papa en Notre Dame, en diciembre de 1804.
El régimen implantado por Napoleón tomó algunas reminiscencias revolucionarias y ciertos signos externos de la República, pero, esencialmente, pretendió ser una monarquía tradicional, con su corte y una nobleza imperial. La labor de imperio fue una continuación de la modernización emprendida durante el Consulado; la labor codificadora se sintetizó en el Código Napoleónico bueno que te halla servido de algo