¿En que revolución industrial se encuentra el Perú y por qué?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El complejo industrial del Frigorífico Nacional del
puerto del Callao construido en 1928 durante el
gobierno del presidente Leguía, fue en su momento una de las instalaciones más modernas
de América Latina. Poco después, al construirse el denominado “Barrio Obrero Modelo del
Frigorífico Nacional”, este complejo fabril se
convertiría no sólo en el primer y único complejo
industrial urbano del país en contar con su propio
barrio obrero planificado como tal, sino también
en un hito fundacional del urbanismo moderno
en el país.
El Barrio Obrero del Frigorífico Nacional es
el primer conjunto de viviendas en la historia del
urbanismo peruano en registrar los atributos del
urbanismo moderno en términos espaciales y
tipológicos. Es el primero de su género en contar
con su propio equipamiento y servicios urbanos,
entre otras cualidades. Este barrio es una especie
de grado cero del urbanismo moderno peruano.
Hoy es parte de una de las zonas más degradadas
y empobrecidas de la ciudad: un auténtico infierno
urbano en el que se respira literalmente plomo y
el polvo de otros minerales.
Ante la inminencia de la demolición de
la planta principal del complejo a causa de la
expansión de las instalaciones del Servicio Industrial de la Marina, sima, tuvo lugar en 1997
una campaña pública en pro de su conservación
y declaración de patrimonio monumental, que
incluía además al barrio obrero por los atributos
mencionados. La respuesta de los organismos e
instancias competentes del Instituto Nacional de
Cultura y la Municipalidad del Callao, así como
de muchos profesionales comprometidos con la
causa de la defensa del patrimonio histórico, fue
concluyente: no hay nada que justifique que una
fábrica y mucho menos un barrio obrero pudiera ser objeto de una declaración de patrimonio
cultural y monumento sujeto de conservación y
puesta en valor.
Segunda escena
La antigua planta metalúrgica de Völklinger ubicada en la región de Saarland, cerca de Saarbrücken, Alemania, constituida en diversas fases a
partir de 1873 y cerrada definitivamente en 1986,
fue declarada por Unesco en 1994 patrimonio
cultural de la humanidad. Esta declaración se
produjo en virtud de que esta planta es uno de los
primeros testimonios de la revolución industrial
del siglo xix. Como parte de su puesta en valor, en
1999 el complejo se ha constituido en el Centro
Europeo para el arte y la cultura industrial.
En el marco de los festejos por los diez años
de la declaración de Unesco, la ex sala de inyectores de aire de esta planta metalúrgica hizo de
perturbador y al mismo tiempo fascinante marco
que acogió la exposición “Oro de los Incas: 3000
años de altas culturas”, en el que se expusieron
170 objetos del fondo del Museo Larco pertenecientes a las culturas Chavín, Cupisnique, Nazca, Moche e Inca. En este caso el complejo de
Völklinger relacionaría el mito del oro de los incas
con el otro mito de la época