en que parte de Argentina se desarrola con mayor intensidad la industria automotriz
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Respuesta:
El estudio del desarrollo de la estructura global de la industria automotriz, presentado en el capítulo anterior, nos permitió identificar las determinaciones de la expansión internacional de los capitales automotrices de EUA y Europa desde la segunda década del siglo veinte, así como sus formas de operación internacional hasta fines de los cincuenta. Este capítulo enfocará este mismo proceso global en un aspecto parcial de éste, a saber, su manifestación en el desarrollo de la rama automotriz en Argentina. En otras palabras, nos concentraremos en el análisis de la parte del ciclo del capital automotriz global que se efectúa en Argentina, también hasta la segunda mitad de la década de 1950. En este sentido, el presente capítulo juega el papel de presentar los antecedentes del desarrollo del capital automotriz extranjero desde 1958/59.
Hemos visto ya cuál es el papel del espacio argentino de acumulación de capital en la unidad mundial de ésta y cómo este papel determina la especificidad de su forma de desarrollo. En esta especificidad, la producción industrial comenzó en el siglo XIX teniendo el papel limitado de sostener la producción agraria y su circulación hacia el mercado mundial. Esto significa que el capital industrial se desarrollaba únicamente en las ramas que, por su propia materialidad, necesariamente debían ubicarse dentro del país o en aquellas ramas que, por condiciones específicas, podían realizarse con una productividad del trabajo suficiente como para competir con las mercancías importadas. El resto de los medios de producción y de vida necesarios para el desarrollo de la acumulación de capital se importaban. Con la crisis de 1890 comenzó un lento proceso de expansión del capital industrial dentro de las fronteras nacionales, que se refuerza durante la primera guerra mundial y, sobre todo, luego de 1930, sobre la base del reemplazo de algunas de aquellas importaciones y del crecimiento del mercado interno con el desarrollo general del proceso de acumulación.
En el caso de la rama automotriz, como vimos en el capítulo anterior, la producción mundial se concentró casi exclusivamente, hasta mediados de la década del cincuenta, en Estados Unidos y unos pocos países de Europa occidental, de modo que el único proceso productivo que, en algunos casos, se localizó por fuera de los países clásicos fue el ensamblado sobre la base de kits importados y con muy poco contenido local. En el primer apartado de este capítulo se reseñan, entonces, las características de la demanda local por vehículos automotores y, en la segunda sección, el modo de operación de los capitales dedicados al ensamblado y comercialización en el país. Además de esto, en el último apartado se exponen los principales rasgos del desarrollo de la fabricación integral en los años cincuenta.
El desarrollo de la necesidad social por vehículos automotores durante la primera mitad del siglo XX
El desarrollo de la necesidad social por vehículos automotores se relaciona con el papel del transporte en el devenir de la acumulación de capital en Argentina. Por un lado, como es evidente, el transporte era una actividad necesaria para el desarrollo de la producción agraria, porque debían transportarse las mercancías agrarias al puerto para su exportación y a los centros urbanos para su consumo local; inversamente, los medios de producción y de vida importados debían ser trasladados desde el puerto al campo (junto con los eventualmente producidos localmente en las ciudades). Era necesario, además, el sistema de transporte de pasajeros urbano y de larga distancia. La centralidad del transporte para el desarrollo de la especificidad era tan marcada que, de hecho, la revolución en la productividad del trabajo derivada del desarrollo del ferrocarril fue (junto con la navegación a vapor) un determinante central en la expansión de producción agraria para el mercado mundial durante la segunda mitad del siglo XIX; por tanto, también lo fue para el surgimiento de la renta diferencial portada en dicha producción, sobre la que se basa la especificidad de la acumulación local.