Tratamiento de datos y azar, pregunta formulada por luisomarcunamurillo1, hace 1 mes

¿En qué párrafo se menciona una descripción del ambiente en el que se desarrolla el
relato?
a) En el párrafo 1.
b) En el párrafo 4.
c) En el párrafo 7
La Metamorfosis
Franz Kafka
(Fragmento)

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un
monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la
cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el que
casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo.
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Numerosas patas, penosamente delgadas en comparación con el grosor normal de sus
piernas, se agitaban sin concierto.
– ¿Qué me ha ocurrido?
No estaba soñando. Su habitación, una habitación normal, aunque muy pequeña, tenía el
aspecto habitual. Sobre la mesa había desparramado un muestrario de paños –Samsa
era viajante de comercio–, y de la pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa mostraba a una mujer
tocada con un gorro de pieles, envuelta en una estola también de pieles, y que, muy
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Gregorio miró hacia la ventana; estaba nublado, y sobre el cinc del alféizar
repiqueteaban las gotas de lluvia, lo que le hizo sentir una gran melancolía.
– Bueno –pensó–, ¿y si siguiese durmiendo un rato y me olvidase de todas estas
locuras?
Pero no era posible, pues Gregorio tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho,
y su actual estado no le permitía adoptar tal postura. Por más que se esforzara volvía a
quedar de espaldas.
Intentó en vano esta operación numerosas veces; cerró los ojos para no tener que ver
aquella confusa agitación de patas, que no cesó hasta que notó en el costado un dolor
leve y punzante, un dolor jamás sentido hasta entonces.
– ¡Qué cansada es la profesión que he elegido! –se dijo–. Siempre de viaje. Las
preocupaciones son mucho mayores cuando se trabaja fuera, por no hablar de las
molestias propias de los viajes: estar pendiente de los enlaces de los trenes; la
comida mala, irregular; relaciones que cambian constantemente, que nunca llegan
a ser verdaderamente cordiales, y en las que no tienen cabida los sentimientos.
– ¡Al diablo con todo! Sintió en el vientre una ligera picazón. Lentamente, se estiró
sobre la espalda en dirección a la cabecera de la cama, para poder alzar mejor la
cabeza. Vio que el sitio que le picaba estaba cubierto de extraños puntitos
blancos. Intentó rascarse con una pata, pero tuvo que retirarla inmediatamente,
pues el roce le producía escalofrío

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Contestado por tolentinoalorjoaquin
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