en qué otros procesos del cuerpo humano tienen protagonismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El cuerpo ha sido objeto de estudio en las ciencias sociales durante las últimas décadas. De esta manera
el cuerpo aparece vinculado a diferentes corrientes de la antropología, de la sociología o de la pedagogía
que abordan su dimensión simbólica. Desde la perspectiva antropológica, será el trabajo de Mauss (1936) el
que suponga el comienzo del estudio de los usos simbólicos del cuerpo. Sin embargo, es la obra de Foucault
(1976; 1992) la que ocupará un lugar central en la hermenéutica del cuerpo. Aborda el tema de lo corporal
desde la dimensión del poder y como escenario para la dominación por parte del poder político. Por su parte,
Le Breton (1990; 1992; 2001), cuyos escritos se desarrollan también en el ámbito de la antropología, habla
de la dimensión simbólica del cuerpo, entendido como revelador de la historia personal. En el caso de la
sociología destacan los trabajos de Goffman (1981), en los que el cuerpo se constituye en un soporte entre
lo individual y lo colectivo, y sobre todo los de Turner (1994). Es así como la sociología del cuerpo cuestiona
el concepto de Durkheim sobre corporalidad, identificado como organicidad. El cuerpo es asumido ahora
desde su perspectiva simbólica, como fenómeno socio-cultural (Ayala, Noreña y Sanabria: 2015).
En el campo de la pedagogía cabe mencionar los estudios de la década de los ochenta de Fullat (1989;
2002). Subraya la diferencia entre el cuerpo-objeto y el cuerpo- propio. Este autor realiza una crítica a la
pedagogía, que se había apoyado hasta ahora en el estudio del cuerpo-objeto y había abandonado el del
cuerpo-propio. Por su parte, Vilanou (2000; 2001) sigue la línea iniciada por Fullat, estudiando las formas de
construcción social de los cuerpos.
El surgimiento de nuevos modelos pedagógicos que apuestan por la dimensión corporal permite
desarrollar su dimensión subjetiva (Barrera, Calderón y González: 2017). El cuerpo pasa a ser así una materia
manipulable, a la que cada uno podemos transformar, añadir nuestro signo de identidad, siguiendo de esta
manera la tesis de Le Breton. La llamada pedagogía del cuerpo simbólico se opone a aquella de Foucault,
en la que lo más importante era dominar el cuerpo de los educandos, sobre todo en determinados discursos
pedagógicos. Por el contrario, los cuerpos tienen ahora la posibilidad de decir, de subjetivar su realidad. Esto
va unido también a una perspectiva holística del educando, en la que se rechaza cualquier dualismo
cuerpo/mente (Pallarès, Traver y Planella: 2016).
De esta manera en los últimos años las teorías acerca del cuerpo han ocupado un lugar cada vez más
importante en los estudios del área de educación (Gaviria y Castejón: 2016). Desde las teorías postestructuralistas de Nietzsche, Foucault y Deleuze, en el ámbito de la pedagogía se han ido sucediendo
diferentes investigaciones en torno a este tema (Gallo y Martínez: 2015). Así, se desarrollan pedagogías y
experiencias corporales (Mcmahon y Huntly: 2013; Jones: 2013; Benzer: 2012); pedagogías del cuerpo en
procesos de enseñanza y aprendizaje (Mcmahon y Penney: 2013; Hopwood, Paulson: 2012; Probyn: 2004;
Hughes-Decatur: 2011) y pedagogía de las afecciones (Farina: 2013). Asimismo los estudios sobre el cuerpo
en el ámbito educativo han ido también de la mano de trabajos sobre la perspectiva del género (Butler: 2002;
Pescador Albiach: 2004). Destacan especialmente las llamadas pedagogías del cuerpo simbólico (Planella:
2005; Eddy: 2006; Garrett; Wrench: 2012; García: 2013; Gallo: 2014; Castro: 2014) (citado en Gallo y
Martínez: 2015). Planella sitúa el cuerpo en el discurso pedagógico desde una concepción culturalista de la
Utopía y Praxis Latinoamericana; ISSN 1315-5216; ISSN-e 2477-9555
Año 24, n° 87 (octubre-diciembre), 2019, pp. 127-136
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Explicación:
SI