En qué momento de la vida cotidiana se pone en práctica los efectos que causan las bacterias en nuestro organismo.
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Los microorganismos son organismos muy pequeños que viven en nuestro entorno. Son tan pequeños que no se ven a simple vista. Los microorganismos viven en el suelo, sobre todas las superficies, sobre nuestra piel, nuestro cuerpo y en el interior del tracto gastrointestinal de las personas y animales. Ellos están vivos y crecen y se multiplican si tienen alimento, agua y la temperatura adecuada.
Los microorganismos se expanden fácilmente y de muchas formas.
Ellos se propagan a través del aire, las manos, y los fluidos corporales, como saliva y sangre. Los microorganismos pueden ingresar al cuerpo a través de cualquier parte expuesta, como los ojos, oídos, nariz, boca, genitales, cortes o heridas y se propagan fácilmente desde una parte del cuerpo hacia otra. Los microorganismos también se pueden propagar en el agua, los alimentos y a través de picadas de insectos.
La mayoría de los microorganismos no son dañinos, incluso muchos de ellos son beneficiosos. En nuestro cuerpo, algunos microorganismos nos ayudan a digerir los alimentos y a mantenernos sanos. Otros microorganismos “buenos” también ayudan a la preparación de ciertos alimentos, como los quesos
y el yogurt. Otros también son utilizados para fabricar vacunas contra ciertas enfermedades y también para preparar medicinas, como el antibiótico penicilina, que salva muchas vidas al matar bacterias dañinas para la salud.
Sin embargo, otros microorganismos pueden ser muy dañinos si toman contacto con los alimentos o el agua y entran a nuestro cuerpo y se multiplican en su interior. Cualquier parte expuesta del cuerpo (ojos, oídos, nariz, boca) proporciona una oportunidad a los microorganismos para ingresar a su interior y promover enfermedades. Un resfrío común, la influenza, la diarrea y enfermedades más serias, como el cólera y la tuberculosis, son causados por microorganismos. Estas enfermedades transmitidas por microorganismos
son denominadas “infecciosas” debido a que ingresan en el cuerpo, lo “infectan” y luego son propagados fácilmente de una persona a otra. Por ejemplo, el cólera, una infección causada por una bacteria en el intestino delgado, se desarrolla principalmente por tomar agua o comer alimentos que están contaminados,
los que a su vez se han contaminado por el contacto con heces de una persona enferma. La tuberculosis, una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones, se propaga por el aire, cuando una persona enferma tose o estornuda.
Los microorganismos se expanden fácilmente y de muchas formas.
Ellos se propagan a través del aire, las manos, y los fluidos corporales, como saliva y sangre. Los microorganismos pueden ingresar al cuerpo a través de cualquier parte expuesta, como los ojos, oídos, nariz, boca, genitales, cortes o heridas y se propagan fácilmente desde una parte del cuerpo hacia otra. Los microorganismos también se pueden propagar en el agua, los alimentos y a través de picadas de insectos.
La mayoría de los microorganismos no son dañinos, incluso muchos de ellos son beneficiosos. En nuestro cuerpo, algunos microorganismos nos ayudan a digerir los alimentos y a mantenernos sanos. Otros microorganismos “buenos” también ayudan a la preparación de ciertos alimentos, como los quesos
y el yogurt. Otros también son utilizados para fabricar vacunas contra ciertas enfermedades y también para preparar medicinas, como el antibiótico penicilina, que salva muchas vidas al matar bacterias dañinas para la salud.
Sin embargo, otros microorganismos pueden ser muy dañinos si toman contacto con los alimentos o el agua y entran a nuestro cuerpo y se multiplican en su interior. Cualquier parte expuesta del cuerpo (ojos, oídos, nariz, boca) proporciona una oportunidad a los microorganismos para ingresar a su interior y promover enfermedades. Un resfrío común, la influenza, la diarrea y enfermedades más serias, como el cólera y la tuberculosis, son causados por microorganismos. Estas enfermedades transmitidas por microorganismos
son denominadas “infecciosas” debido a que ingresan en el cuerpo, lo “infectan” y luego son propagados fácilmente de una persona a otra. Por ejemplo, el cólera, una infección causada por una bacteria en el intestino delgado, se desarrolla principalmente por tomar agua o comer alimentos que están contaminados,
los que a su vez se han contaminado por el contacto con heces de una persona enferma. La tuberculosis, una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones, se propaga por el aire, cuando una persona enferma tose o estornuda.
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