¿en qué lugar se ubica el hombre humanista?
Respuestas a la pregunta
El humanismo es una cosmovisión filosófica y religiosa que cree en el valor de la vida humana. Rechaza las explicaciones sobrenaturales de la existencia o el comportamiento de los humanos y, en cambio, enfatiza el valor intrínseco de cada individuo. Los humanistas a menudo apoyan la justicia social, la libertad y el igualitarismo. Algunos filósofos argumentan que no puede haber una filosofía ética sin supuestos humanistas sobre la naturaleza y el potencial innatos de las personas.
Por definición, el hombre humanista es una persona que cree en el valor del ser humano y en la capacidad de cada individuo para contribuir a la sociedad. El hombre humanista se ubica en todos los ámbitos de la vida. Se le encuentra en los negocios, el gobierno, la comunidad e incluso en el hogar. Es el tipo de hombre que se esfuerza por defender los valores humanísticos de la compasión, la comprensión y la comunidad.
El hombre humanista tiene una perspectiva única sobre la sociedad y su funcionamiento. No se deja influir por los altibajos de la sociedad, sino que confía en su mente racional para formar juicios. Entiende que la sociedad está en constante cambio y que se deben incluir nuevas ideas y nuevos grupos en el proceso de construcción de una sociedad fuerte.
El hombre humanista siempre trata de mantener una sana relación con la sociedad. Entiende que la sociedad no es perfecta, pero trata de mejorarla. No permite que la sociedad domine su vida, sino que defiende sus creencias y trata de marcar la diferencia.
El hombre humanista se ubica en todos los ámbitos de la vida. Es el tipo de hombre que se esfuerza por defender los valores humanísticos de la compasión, la comprensión y la comunidad. Tiene una perspectiva única sobre la sociedad y su funcionamiento y no se deja influir por los altibajos de la sociedad. Siempre trata de mantener una relación sana con la sociedad y se esfuerza por mejorarla.
El humanismo se originó en el siglo XV en Italia, con la influencia de autores del siglo XIV como Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio, quienes defendían la vuelta a los estudios sobre las ideas y la cultura grecorromana.